𝐄𝐬𝐩𝐞𝐜𝐢𝐚𝐥 𝐍𝐚𝐯𝐢𝐝𝐚𝐝: 𝐀𝐚𝐫𝐨𝐧, 𝐋𝐲𝐥𝐢𝐚 𝐲 𝐀𝐤𝐬𝐞𝐥

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Okay, okay, okay. Lo sé, "estamos a mediados de enero, ya no es Navidad". Eso es ¡mentira!. Hasta el uno de febrero es Navidad en mi corazón (y en mi casa). Por eso hoy os traigo un especial que no he tenido tiempo de teminar antes por razones diversas. El capítulo 26 me está cosando escribirlo más de lo que me gustaria admitir, pero por fin he conseguido hacer un pequeño resumen de lo que quiero que suceda durante ese capítulo. Ahora solo queda expandirlo askdjfhiauehfu. Como sea, mientras me peleo con la narración del próximo capítulo, disfrutad de este pequeño... ¿adelanto post-epílogo?

***Este one-shot tiene lugar varios años después del final de la historia y no tiene relevancia para la trama actual. Si no te apetece leerlo, eres libre de saltártelo.

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ESPECIAL NAVIDAD:

AARON, LYLIA Y AKSEL

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      —¡MAMÁ! —CHILLÓ AARON—

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      —¡MAMÁ! —CHILLÓ AARON—. ¡Aksel le está quitando las bolas al árbol y me las está lanzando!
      —¡Chivato! —se quejó el mencionado—. Digo, ¡es mentira! ¡Ha sido Lylia!
      —¡Eso sí que es mentira! ¡Mamá! —reclamó esta vez la niña.

      La Navidad había llegado a la mansión una vez más y es que, desde que llegaron los pequeños, la casa está mucho más animada y celebramos fiestas que antes incluso se nos olvidaba que existían: Nochebuena, Navidad, Nochevieja, Año Nuevo, Halloween, Pascua...
      Suspiré viendo como Aaron y Lylia hacían equipo para intentar que Aksel dejase de molestarlos, sin resultado. 

      Aaron, que resultó albino de ojos verdes, y Lylia, que heredó ambos colores de pelo y los ojos de su padre, eran tranquilos la mayor parte del tiempo; sobre todo él, que disfrutaba de lo sencillo, como su tocayo el medio licántropo y solía irse con él a pasear por el bosque; Lylia era la consentida tanto de Ethan como de Beliath. A este último le encantaba traerle ropa y complementos cada vez que volvía de una de sus noches de juerga en la ciudad, y jugar con ella fingiendo ser modelos de pasarela, incluso sería capaz de decir que el íncubo se lo pasaba mejor que la niña. 
      Por otro lado, estaba Aksel, que había heredado no solo todos los rasgos físicos de Ethan, sino también lo peor de su carácter malhumorado y retorcido. Solo le gustaba pasar tiempo conmigo (lo que lo había hecho chocar con su padre en más de una ocasión), así que, si nadie más le obligaba a estar con ellos, se pasaba el día a solas en su habitación. Y todos sabíamos lo que eso significaba: se estaba horneando una nueva travesura.

      Agarré uno de los adornos del árbol que los niños habían tirado y había rodado hasta mis pies, al tiempo que Vladimir entraba al Gran salón con su bastón, golpeando sobre las tablas de madera. Cerré los ojos con resignación cuando levanté los ojos para mirarlo y noté que su característico cabello platinado, era verde. 

𝔗𝔢𝔫𝔱𝔞𝔠𝔦𝔬𝔫; 𝔈𝔱𝔥𝔞𝔫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora