𝐓𝐄𝐍𝐓𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍 | Empezó siendo una forma de proteger a Iván y, antes de que pudiese darme cuenta, era yo quien lo buscaba. Me arriesgué a entrar en su juego y fallé estrepitosamente.
***𝐀𝐂𝐋𝐀𝐑𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍𝐄𝐒
A día de hoy, es decir, 7 de agost...
PASADAS LAS CUATRO de la madrugada, Rosa y Alexy decidieron que ya era hora de volver a casa. Evan le pidió a Kim que le esperase cinco minutos mientras hablaba con Ethan en privado para que no volviese sola a casa, pero a ella no pareció gustarle la idea.
—Puedo volver sola —se quejó—. No voy a perderme de camino a mi casa. —Ya sé que no —bufó Evan—, pero prefiero asegurarme de que llegas sana y salva. —¿Y si tú no vienes conmigo me va a desaparecer un brazo subiendo por las escaleras? —Kim, no seas cría. Solo quiero asegurarme de que no te pasa nada —Evan seguía tratando de hacerla entrar en razón mientras Ethan y yo nos limitábamos a mirarlos hablar como si fuera un partido de tenis—. Es muy de noche. —¿Y? ¡Sé defenderme! ¿Se te olvida que soy la entrenadora del único gimnasio de la ciudad? —No, no se me olvida —Evan rodó los ojos—. Pero aún así... —Pero aún así, nada —le interrumpió—. Me largo, y no quiero que me sigas. Nos vemos mañana.
Evan volvió a sentarse en nuestra mesa con un gruñido de molestia. Nadie decía nada y el ambiente empezaba a ponerse tenso.
—¿Por qué se ha enfadado tanto? —pregunté en un susurro. —No se ha enfadado —suspiró Evan. Seguidamente, una enorme sonrisa apareció en su cara—. Si lo estuviera, no habría aceptado salir conmigo mañana. —¡Ya era hora! —celebró Ethan con una carcajada. —Sí, bueno... —Evan le pegó un codazo amistoso al albino y, seguidamente, posó sus ojos en mí. Noté como me sonrojaba, captando la indirecta. —Tengo que ir al baño —me excusé para salir de allí lo antes posible.
Me levanté sin esperar respuesta y entré en los servicios.
—Hola —saludé a una chica rubia que estaba lavándose las manos. Parecía de mi edad. —Hola. —¡Nina! —Se escuchó a una mujer gritar desde fuera—. ¡Deja de escaquearte y vuelve al trabajo!
La rubia suspiró y salió del baño dejándome sola. Me acerqué al espejo, jugando con un mechón de mi pelo. Aún estaba algo roja y la cara se me calentaba más y más a medida que me daba cuenta de algo: Ethan me había pedido una cita.
Noté como empezaba a ponerme nerviosa. Era la primera vez que el chico que me gustaba me pedía una cita el día de San Valentín. ¿A dónde iríamos? ¿Ethan esperaría algo especial por ser una fecha señalada? ¿Debería comprarme otro vestido para la ocasión? ¿Estaría exagerando? Tal vez Ethan no tenía nada planeado y solo quería seguir saliendo por ahí como amigos. ¿Éramos amigos? Los amigos no se acuestan entre ellos... Las dudas me carcomían por dentro. Decidí salir antes de empezar a hablar con mi reflejo. Cuando volví a la mesa, Evan ya no estaba y Ethan me esperaba de pie junto a su silla.
