Capítulo Treinta y seis

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Era una tortura verlo todos los días y no poder lanzarse a abrazarlo como tanto quería, ni siquiera estaba pensando en sexo o en un beso, el simple hecho de tocar o acariciar a ChanYeol haría feliz a BaekHyun; pero había prometido mantener su distancia.

El gigante jamás respondía a sus saludos ni hablaba con él cuando se cruzaban, pero verlo usar el saco que compró para él cuando lo vio temblar camino a su auto aquella noche era suficiente para ayudarlo a resistir.

Aunque estaba seguro de que se lo tiraría a la cara si supiera que había sido un regalo de parte de él.

Su corazón dolía, pero se cortaría un brazo antes de volver a lastimarlo. Dejaría a ChanYeol en paz hasta que se sintiera un poco más cómodo con su presencia y entonces podría disculparse como debía, no quería que su gigante se sintiera obligado a perdonarlo.

—Pensé que habíamos terminado con esto —dijo Suga abriendo la puerta de su estudio con cansancio.

El castaño negó y le entregó las partituras de la canción en la que había estado trabajando esos días.

YoonGi les dio una mirada y asintió antes de dejar a su amigo pasar para comenzar a armar el demo de su nueva canción.

—No es para TaeYeon —afirmó el pálido, ligeramente sorprendido.

BaekHyun suspiró y negó.

—¿Podemos grabarla? —Pidió con un susurro.

El compositor asintió y le señaló la cabina de grabación con la cabeza. Una vez que la música empezó a sonar, BaekHyun cerró los ojos y cantó con el corazón.

Al contrario de cómo me sentía, dije palabras hirientes; te hice sufrir, pero estoy sufriendo también.

Empuñó sus manos para mantenerse en pie.

A diferencia de mi determinación, nada está mejorando; siempre termino decepcionándote y me arrepiento de ello.

Sus ojos, humedecidos, miraron a través de la cabina en dirección al estudio de ChanYeol.

No creo que pueda olvidar, cuando el viento se vuelva frío, la noche que nuestros alientos se tocaron con humo saliendo de nuestras bocas; nos abrazamos cálidamente entre alegres carcajadas —cantó recordando la amplia sonrisa de ChanYeol y lo fuerte que solía sostenerlo cada noche en la que estuvieron juntos—. Noches en las que soñábamos con un futuro tan brillante como las estrellas.

Su pecho martilleaba culpándolo por haber sido tan idiota al haberle hecho daño a la persona que más lo quiso incluso en su época más oscura. Ni él mismo podía perdonarse por ello, ¿cómo lo haría su gigante?

Buscaré en el universo hasta que te vuelva a encontrar —prometió abrazándose a sí mismo—. No voy a dejar ir nuestros recuerdos, ni siquiera los más pequeños.

Lágrimas se desbordaron y rodaron por sus mejillas.

Memorias que tenemos grabadas en cada una de las estaciones; estas van y vienen una y otra vez, pero yo seguiré llamándote.

El recuerdo de sus besos, de sus conversaciones hasta muy entrada la noche, de los secretos compartidos; de su risa escandalosa y lo fuerte de su cuerpo, capaz de sostenerlo y protegerlo del mundo lo envolvieron como llamas dispuestas a convertirlo en cenizas.

Los recuerdos siempre me hacen llorar en los lugares que creí estaban borrados; pero tú permaneces.

Su voz se rompió, lo sintió, pero no se detuvo, y Suga tampoco le dejó parar, permitiéndole expresar la profundidad de sus sentimientos en una melodía; como siempre.

Álbum de Promesas [ChanBaek] (Memorias 3) *Editada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora