Capítulo Veinte

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Llegaron al departamento del gigante en poco tiempo, y ambos decidieron apagar sus teléfonos para no ser interrumpidos por sus amigos; sabían que había sido una sorpresa descubrir que se conocían, pero ya lidiarían con ellos por separado.

—¿Quieres algo de tomar? —Preguntó ChanYeol dirigiéndose hacia su cocina.

—Agua está bien —respondió BaekHyun distraídamente mientras paseaba por la amplia sala del gigante, notando que no había una sola foto familiar.

—Aquí tienes —dijo el más alto entregándole un largo vaso de vidrio.

El rubio sonrió en agradecimiento y dio un trago antes de acomodarse al centro del sofá más grande, esperando a que su gigante haga algún movimiento que los llevara directamente a la cama; sin embargo, el pelinegro no parecía en absoluto interesado en rememorar alguno de sus apasionados encuentros.

—¿Estás bien? —Consultó el manager de Cromo al notar contrariedad surcando el rostro del Compositor, quien se limitó a asentir y regresar a la cocina buscando también algo de beber.

ChanYeol se encontraba sumamente nervioso, no sabía cómo comenzar una conversación tan íntima después del tiempo que llevaban sin verse, sobre todo tras aquel sorpresivo encuentro. No había planeado enfrentarse a su ángel hasta varios días después cuando todo el embrollo de su mente estuviera resuelto, pero tampoco pensaba dejar pasar esta oportunidad.

—Escuché tu canción —declaró apoyándose en la isleta que solía usar de comedor.

BaekHyun frunció el ceño un tanto confundido y se puso de pie para acercarse al pelinegro.

—¿De qué hablas? —Preguntó tan naturalmente que el gigante casi se sintió enloquecer.

—Thunder —pronunció el título con seguridad—. La encontré en la computadora de Suga y la escuché sin su permiso —se encogió de hombros y bajó la mirada con decepción—: creí que la habías escrito para mí.

El rubio estaba atónito; no solo por el descubrimiento de uno de sus secretos mejor guardados, sino por el palpable dolor en la voz del más alto.

—Channie...

—Tranquilo, YoonGi me aclaró que no era así —dijo dejándose caer en uno de los bancos que rodeaban la isleta antes de levantar la mirada y fijarla en su ángel—. ¿Para quién es?

Byun tragó con dificultad, calculando el tiempo que le llevaría huir del edificio y la mejor ruta de escape antes de que el Compositor lo atrapara y le pidiera más explicaciones.

—¿Sabes qué es lo gracioso? —Preguntó Park antes de bufar con algo de ironía.— Desde el inicio me dijiste que no podría ayudarte; me hablaste del auto sin frenos y todo eso... Pero nunca me dijiste qué fue lo que te lastimó.

La mirada de ChanYeol era tan intensa que el manager de Cromo temió no poder eludirla y terminar carbonizado en el centro de su cocina.

—He estado recolectando pistas, por supuesto —declaró el gigante con voz grave y ronca—; ¿me dirás qué sucedió o debo analizar mis hallazgos frente a ti?

BaekHyun quería salir corriendo, dejar al pelinegro con sus sospechas y no volver a verlo jamás, pero sus piernas no parecían querer funcionar, manteniéndolo estático frente al más alto, quien tomó su silencio como un permiso para continuar.

—Cambiaste tu carrera de Música a Negocios de muy joven; sin embargo, no renunciaste del todo dado que sigues componiendo en secreto; pero no usas tu nombre sino diferentes seudónimos que Suga te ayuda a crear...

Baek encajó la mandíbula.

—Tus padres poseen un negocio hotelero que obviamente quieren que lideres —continuó Chan con la mirada perdida en el vaso vacío frente a él—; eso explicaría el cambio de licenciatura, quisieron obligarte a dejar la música.

Álbum de Promesas [ChanBaek] (Memorias 3) *Editada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora