Cuarenta y uno

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(3/5)



Las manos de BaekHyun no dejaban de temblar mientras ChanYeol lo observaba desde su lado en el sofá, esperando a que el más bajo estuviera listo para decirle lo que sucedía.

—Cuando estuvimos apartados, sucedieron algunas cosas que...

Suspiró y se quitó los guantes negros que solía usar frente a él, dejándole ver los primeros bosquejos de sus cicatrices.

—¿Qué pasó? —Preguntó el gigante sorprendido ante las duras líneas manchando las manos más bonitas que había visto jamás.

—He cambiado más de lo que crees, Channie —susurró Byun, temeroso—; mis heridas ya no son internas —declaró levantando lentamente las mangas de sus brazos para que viera el recorrido.

El pelinegro observó cada corte y magulladura con un entristecido semblante de dolor.

—¿Quién te hizo esto? —Preguntó con un gruñido, Baek negó inmediatamente.

—Nadie, fui yo —declaró con firmeza—; yo lo hice.

Park acercó los nudillos de sus manos con suavidad y acarició las marcas con gentileza.

—¿Por qué? —Preguntó sin aliento.

—Es difícil de explicar; yo... Estoy bien, pero...

Otro suspiro tembloroso.

—Tenía miedo de que las veas, de que... De ya no parecerte atractivo —culminó con inseguridad.

ChanYeol frunció profundamente el ceño con las manos echas puños.

—¿Por eso no querías que nos acostemos?

Byun asintió con nerviosismo.

—Sé que te parece estúpido, SeHun mismo lo cree, pero... Tienes que entender...

—¿Crees que soy así de superficial? —Espetó el gigante, enojado.

Los ojos del castaño se abrieron en demasía y comenzó a negar con todas sus fuerzas.

—Claro que no, Channie; por supuesto que no —dijo tomando el rostro de su novio entre sus manos—. Es sobre mí; me siento estropeado, feo y... no quiero... no estoy listo para que me veas así.

El gigante suspiró y lo atrajo hacia su pecho para abrazarlo con amor.

—Son solo un par de cicatrices, Ángel; eso no te hace menos hermoso —dijo y dejó un dulce beso en la frente del castaño, quien negó y se apartó con la mirada aún dolida.

—Todo mi cuerpo está cubierto de ellas, Channie —espetó derrotado.

Para demostrar su punto, BaekHyun desató la gargantilla negra con letras blancas que llevaba ese día, y la dejó caer sobre el sofá, mostrándole a su novio la marca más imponente de su colección.

Los ojos del Compositor se expandieron con sorpresa y un ligero brillo de sufrimiento que debilitó a Byun; sin embargo, las acciones de su amado gigante fueron todo lo contrario a lo que esperaba.

ChanYeol lanzó la gargantilla hacia el otro lado de la habitación y se inclinó hacia el castaño, comenzando a dejar un sendero de besos al rededor de la cicatriz, causando un inesperado estremecimiento en el cuerpo de su pareja.

—¿Qué haces? —Consultó el más bajo, temblando.

—Te beso —respondió el gigante a través de una suave risita—. Muéstrame las demás.

Álbum de Promesas [ChanBaek] (Memorias 3) *Editada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora