Álbum de Promesas [ChanBaek] (Memorias 3) *Editada*

Capítulo Doce

BaekHyun no llegó para el desayuno. Es más, no apareció en todo el día y ChanYeol comenzaba a desesperarse. ¿Dónde estaba? ¿Le habría pasado algo? ¿Se habría molestado y lo había abandonado allí por su cuenta? Improbable dado que las dos maletas grandes que el rubio trajo consigo seguían en la habitación, pero no sabía qué más pensar ni cómo preguntar. El gigante no hablaba inglés.

Intentó distraerse con su música, escuchando el nuevo problema que JongIn le había armado a su novio e incluso escuchando el nuevo proyecto en el que Suga y la empresa estaban trabajando, pero nada lograba apartar la imagen de su ángel desangrándose en plena calle.

No, ya, suficiente; estaba exagerando y él no era un dramático como su mejor amigo, él era el sensato. No tendría por qué estar desvariando con todo esto.

Tras un par de respiraciones profundas, tomó la llave de la habitación, su celular, y salió en dirección al vestíbulo para preguntar si habían visto a BaekHyun, dándose con la sorpresa de que el rubio se encontraba dentro de una especie de celebración que se estaba dando en el salón principal del hotel.

—Lamentablemente, no puede ingresar sin una invitación —dijo la joven recepcionista con un ligero pesar.

—Está bien, pero ¿podría al menos comunicarme con él? —Pidió como último recurso, ella asintió y marcó un par de dígitos en el teléfono principal para luego decir algo en inglés y colgar.

—Le avisarán que usted está aquí.

El más alto asintió y agradeció antes de acercarse a uno de los sillones en la sala de espera y mirar al rededor en busca del rostro de su ángel.

—¿Poste? —El gigante prácticamente saltó de su sitio y se acercó corriendo a BaekHyun, notando no solo que se encontraba en perfectas condiciones, sino que además estaba usando un traje diferente al de anoche, el cual se veía muchísimo más elegante que cualquiera de las prendas que lo había visto usar antes.

—Hola, perdón por interrumpirte, estaba preocupado; no llegaste a desayunar —dijo casi de paporreta. El rubio sonrió y negó.

—No te preocupes, Channie; ¿está todo bien? ¿Comiste? —El alto asintió y le sonrió antes de acercar la mano al rostro del más bajo y acariciar su mejilla.

Sin embargo, Baek retrocedió y sonrió quitándole importancia a su acción.

—Ven, vamos a buscar un bonito traje para ti, así puedes unirte a la fiesta.

Park negó e intentó rechazar la oferta, pero BaekHyun era mucho más testarudo que él y no dudó en llevarlo rápidamente hacia su habitación mientras ordenaba a alguien por teléfono que le llevaran prendas de marca en las medidas del más alto, quien no tuvo más remedio que dejar que el Manager de Cromo arreglara su cabello y vestir el traje sumamente caro y refinado que habían pedido para él.

—Oh por dios, te ves espectacular —dijo el más bajo con la mandíbula por los suelos; ChanYeol sonrió tímido y le ofreció el brazo a su ángel.

—¿Vamos?

Baek asintió emocionado y empujó ligeramente al más alto para salir caminando por su cuenta.

🐶.🚘.🦒

La fiesta era la definición perfecta de ostentoso. El peligrís nunca había visto algo así: todo el lugar gritaba a derroche de riqueza, prepotencia y frivolidad. Es decir, ChanYeol tenía dinero, había crecido en una familia de riqueza media y comodidades superiores a la mayor parte de la población de Corea del Sur; pero esto era simplemente ridículo.