Capítulo Nueve

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Cuando la puerta se abrió, BaekHyun no esperó encontrar a ChanYeol arrodillado, con sus manos juntas y un montón de snacks, dulces y chocolates rodeándolo, mucho menos que hubiera una multitud entretenida con la escena, queriendo saber cómo terminaría.

—Mierda —pronunció YoonGi entrecerrando la puerta para que solo se viera su rostro, e intentando proteger al rubio de la vista de los demás.

El Manager de Cromo suspiró y sacudió su cabello queriendo cortar a Park en trocitos por hacerle la vida mucho más complicada de lo que era; ignorando la vocecita en su interior diciendo que quizá el gigante tendría más cuidado con lo que hacía si le dijera la verdad. Estúpida vocecita.

—¿Necesitas un minuto para llamar a televisión nacional? —Preguntó el peliazul con sarcasmo, mientras fulminaba al más alto con la mirada.

—Perdónenme, por favor —rogó ChanYeol haciendo un gesto de dolor cuando intentó avanzar—. Los dos, fui un idiota bocazas y quiero que me perdonen; por favor.

YoonGi rodó los ojos y dejó un suave golpecito en la frente de su amigo.

—Recoge los dulces y entra —indicó lanzando una mirada furiosa a los curiosos para ahuyentarlos.

El peligrís obedeció e ingresó por la estrecha abertura que le había dejado el más bajo, notando a un molesto BaekHyun escondido detrás de la puerta.

—Los dulces —ordenó el rubio extendiendo su mano, Park obedeció y entregó la bolsa mientras YoonGi cerraba la puerta con llave y se acomodaba frente a su escritorio, colocándose los auriculares, dispuesto a ignorarlos.

—Ahora sí, ¿qué quieres? —Preguntó su ángel con una serpiente de dulce en los labios.

—Que me perdones —dijo el más alto inclinándose hacia él—. Fui un idiota, no debí insultarte ni intentar controlarte; no tengo excusa. Perdóname por favor —volvió a juntar sus manos y abrió en demasía los ojos, intentando verse adorable con un exagerado puchero en los labios que resaltaba el tamaño de sus orejas.

BaekHyun rompió a reír con fuertes carcajadas que alertaron al peliazul y le hicieron prestar atención a lo que pasaba, uniéndose rápidamente a la burla por el ridículo rostro del más alto, quien solo refunfuñó y frunció el ceño aumentando la diversión en los dos amigos.

—Quedas perdonado, Park —dijo YoonGi tomando uno de los Snacks de la bolsa antes de regresar hacia su computadora.

—¿De verdad? ¿Me ayudarás con los temas que me faltan? —Preguntó el gigante con ojos de gatito hambriento. El peliazul suspiró y asintió.

—Lo corregiré, pero tú harás el trabajo —le advirtió, ChanYeol asintió emocionado y corrió a querer abrazarlo, pero el más bajo pataleó exigiéndole distancia.

—¡Fuera! ¡Pervertido! —Gritó riendo cuando el gigante ignoró sus golpes y lo abrazó igual, con una sonrisa enorme surcando su rostro.

—Awww, que lindos —dijo BaekHyun divertido—; está bien, Poste, si Suga te perdona, yo también —aceptó poniéndose de pie.

—¿Suga? —Cuestionó Park con el entrecejo arrugado.

—Es su apodo —dijo el rubio tranquilamente—; ¿qué? ¿Tú no le dices así? —Preguntó con sorpresa, abriendo los ojos como platos y mordiendo su puño pretendiendo estar arrepentido de haber sacado el tema.

—Deja el teatro —le dijo el peliazul con seriedad—. Me decían así desde la escuela, no es nada importante —le aclaró al más alto restándole importancia.

Álbum de Promesas [ChanBaek] (Memorias 3) *Editada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora