Capítulo 10

97 17 19
                                    

Beomgyu cerró sus ojos, no podía creer lo que miraba frente a él

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Beomgyu cerró sus ojos, no podía creer lo que miraba frente a él. De haber sabido que lo tomarían como rehén hubiera preferido quedarse en su salón de clases, pero suponía que lo correcto no es dejar solo a Huening.

—Bien, lo hiciste bien —habló Heechul, jugando con el celular de Beomgyu.

Lo había obligado a hacer una llamada, para que alertara a su amigo y ellos se movieran. Los iban a emboscar, pero le fue difícil hacer que Huening hablara. Él corazón del menor no había dejado de dar saltos, estaba demasiado asustado y sus manos atadas lo hacían entrar más en pánico. En los últimos minutos había estado pensando en cosas relajantes, incluso meditando para guardar la calma, pero no podía. ¡Practicamente cometieron allanamiento y los extorsionaron!.

No era la primera vez que le pasaba algo así, y a causa de eso le hacía volver a pensar en su pasado. Beomgyu lo había seguido por casualidad hasta la sala de cómputo, y al haber querido entrar Heechul lo tomó.

—Oye amigo, ¿Estás bien?. —le susurró Beomgyu con disimulo.

No obtuvo respuesta.

Heechul dejó caer el celular de Beomgyu y lo aplastó con el pie destrozandolo. Choi entre abrió los labios de la impresión y la furia, lo había comprado apenas la semana pasada.

—¡Yah! —expresó molesto y pataleó—.¿¡Acaso piensas que los celulares crecen en los árboles!?.

Heechul rió.

«¿Qué relación tienen con Taehyun y Soobin?»

«¿Por qué esos matones los quieren?»

«¿Será por lo de Min-ah?»

Huening sintió un escalofrío al escuchar la pantalla del celular quebrarse, y tembló ante aquel ruido. Pequeños pedazos de vidrios que chocaron entre si, hacían que pequeñas escenas del pasado pasaran por su mente, proyectando un mal sabor de boca.




«"¿Estás seguro de que marcaste el número correcto?, no parece que nadie quiera contestar."»

«"Shh, has silencio. Creo que por fin nos atendieron."»

Tragó saliva al sentir su garganta reseca, su mejilla estaba pegada en el sucio suelo de aquel edificio abandonado. Lo único que presenciaba en ese lugar, eran las voces de dos hombres hablando, aparentemente queriendo llamar a alguien en particular. En sus ojos, una venda de tela fue mal atada, y sus manos estaban rodeadas de un plástico que dañaba su piel. Sentía ardor al quererse haber liberado, y ejerciendo fuerza en sus dientes lo hacían soltar quejidos de cansancio. Escuchaba gotas caer cerca de donde estaba, como si una tubería estubiera rota.

Hace una hora lo habían secuestrado y llevado a un lugar lejos de su hogar, todo por no ir a casa después de salir de su escuela. No quiso creer los rumores que rondaban por el vecindario aquel, del cual justamente fue tomado. Las pisadas de los hombres retumbaron en aquel salón vacío, lleno de moho. Hueningkai temió por su vida, por lo que comenzó a temblar del miedo. Quería llorar, gritar y rogar por su vida, pero ninguna palabra era pronunciada de su boca así que prefirió fingir seguir dormido.

BLUE HOUR | Choi Soobin [✿]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora