Observó el techo de su cuarto que era iluminado por la luz de Luna que se colaba por la ventana de su habitación. Después de tomar una ducha, cenar y colocarse ropa limpia se sentía más tranquilo. Como era de esperarse, su mamá lo regañó, no le pidió una explicación sólo que si algo parecido le volviera a suceder, avisara. Sus padres se habían enterado del estado de Hueningkai por lo que intentaron ser comprensivos hacia su hijo, en cambio, Soobin no les dijo toda la verdad a sus preguntas. No contestó a ciencia exacta lo que había estado haciendo, ni con quien se había reunido.«“Mamá, estuve con Hueningkai desde el día de ayer, olvidé el cargador así que no pude cargar mi celular. Después, de las clases de ahora salí a comer con unos amigos así que me quedé sin dinero, nos asaltaron y robaron mi mochila, eso le provocó un colapso a Hueningkai y paramos al hospital.”» mintió descaradamente. Su nariz iba a crecer tanto como la de Pinocho.
Su mentira no era muy creíble, pero como Soobin no solía decir cosas así con regularidad ni poner excusas, ella decidió creerle esta vez. Inventarse una historia para los próximos dos minutos resultó ser pan comido para él, y con eso se fue a la cama. Apoyó su cabeza sobre sus dos manos, estirándose entre el suave colchón. Sonrió de lado al recordar las quejas de MinGyu sobre lo duro que era dormir en el suelo y se recostó de lado para abrazar su almohada.
«No pienses en ella» se reprendió.
Su corazón dio pequeños saltos, por lo que cerró sus ojos para irse a dormir. Era una chica extraña que afirmó viajar de un mundo a otro, los hombres de negro la persiguen por la esfera azul que cargaba y quiere regresar de donde vino cruzando por un portal que casi los mata. “Su cuento ficticio resultó ser falso”.
Esas eran las palabras con las cuales se consolaba.
Pero por un momento, se lo había creído.
Su frente se arrugó al ver aquella hoja de papel clavada en la pared, analizandola de esquina a esquina. El plano se le hacia poco detallado, así que en su cabeza trataba de ordenar las piezas faltantes, ¡Ah! si, como la blue hour. Bajó los pies del escritorio y se puso de pie para apagar el holograma a su lado guardando todos los datos registrados en el día. Caminó por toda la sala hacia los ventanales y observó la ciudad, al ser de noche estaban repleta de anuncios proyectados, y los faros que flotaban iluminaban aún más todo el lugar.
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BLUE HOUR | Choi Soobin [✿]
Science-FictionUna vez se alinearon los planetas para abrir la brecha entre los dos mundos, con una esfera caída del cielo, Oh MinGyu se encuentra con la persona menos oportuna del todo el multiverso, un amigo y un primer amor. Para su suerte, Choi Soobin resultó...