Una vez se alinearon los planetas para abrir la brecha entre los dos mundos, con una esfera caída del cielo, Oh MinGyu se encuentra con la persona menos oportuna del todo el multiverso: un amigo y un primer amor.
Para su suerte, fue Choi Soobin qui...
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Se fue de boca cayendo en el suelo, estaba frío así que no duró mucho tiempo ahí tirado. Con mucho esfuerzo se puso de pie, agarrándose del lavabo para encontrarse con su reflejo, sus ojeras habían desaparecido e incluso había recuperado su color de piel. Tocó su mejilla sin poder creerlo, se sentía rellenita otra vez, parpadeó y miró al suelo solo para ver que el dispositivo en su cuello se había caído. No lo dudo, y lo agarró, parecía que ya no servía, tal vez porque su labor estaba hecho, se sintió mal por dentro, él no merecía acabar así ni su familia. Habían sido manipulados y llenados de falsas esperanzas por Goseok.
Respiró profundo recargandose en la barra para observar a su alrededor. Sonrió cuando todo en aquel baño se le hizo particularmente raro y moderno, estaba en el mundo de MinGyu, en verdad se encontraba allí. El baño lucía impecable, y por los ruidos externos sabía que se trataba del Hospital. Aún se encontraba en su ropa de enfermo, tal vez podría hacerse pasar por un paciente y salir desapercibido. Un ruido proveniente de un cubículo lo asustó, alguien había bajado la palanca del baño, la puerta se abrió dejando ver a una mujer.
«¡Oh rayos!»
Estaba en el baño de mujeres.
La mujer gritó tan fuerte que casi lo deja sordo, y con los pies descalzos salió de ahí muy avergonzado. Había llamado la atención de varias personas y eso era lo que menos quería, ser visto. Algo desorientado, girando su cabeza hacia todos lados, tomó la decisión de buscar la salida, por supuesto todos lo miraban como bicho raro ya que no podía ocultar lo asombrado que estaba. El Hospital era más amplio, brillante y tecnológico. La voz parlante no dejaba de hablar por las bocinas, parecía que una IA controlaba todo el lugar.
—Daebak —soltó con la boca entre abierta.
¿Ahora qué es lo que debía hacer? Volvió adonde quería, pero no tenía ningún plan en mente. Se detuvo de golpe con la mente en blanco, recuperó su salud y energía; más sin embargo ya no sabía adonde ir o que hacer, no era como si por arte de magia entrara al edificio, rescatara a MinGyu y sus amigos, y derrotaran a Goseok, no era tan fácil. Siguió mirando por todas partes, hasta que una mirada femenina se posa en él, y con las cejas alzadas intenta acercarse. Soobin lo notó y al ver que la mujer se ve sospechosa, escapa de allí.
—¡Espera! —gritó ella, detrás de él.
Soobin daba largas zancadas, por lo que le costaba seguirle el paso. Se apartaron de la multitud, en un pasillo casi solitario porque las puertas que intentaba abrir, la mayoría estaban cerradas. Miró el elevador de lejos, era su mejor opción para escapar, pero ella no lo iba a dejar ir tan fácilmente, se quitó sus zapatillas y con mucho esfuerzo, corrió. Las puertas del elevador se abrieron, pero antes de que Soobin lo alcanzara lo tomaron por el brazo, arrastrandolo detrás de una pared, escondiendolo de las personas del elevador que salían.
—Tú-.. —tapó su boca en un rápido movimiento.
—Entonces, ¿cuánto tiempo le dan? —preguntó aquel hombre al doctor. Soobin frunció el ceño al ver su silueta.