Capítulo XIII

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¿Este es el inicio o el final?”.

Había pasado más de una semana y media desde que Kyoko se fue del departamento, casi quince días en los que su novio y su hermano pudieron haberla llamado. Pero no daban señales de vida, en lo absoluto.

Siempre tenía un debate con ella misma, por una parte estaba esa Kyoko con cuernitos y cola de diablo que le decía que no los llamara, que mantuviera sus palabras y esperara hasta que ellos la llamaran. Pero por la otra parte estaba la Kyoko con alas de ángel que le decía que los llamara porque les pudo haber pasado algo malo.

Normalmente le pedía consejos a Yuki para saber que hacer, pero lo único que él le decía eran cosas como “si tanto te preocupa que no te llamen, llámalos tu”, “tu decidiste irte, no sé cómo ayudarte” y muchísimas cosas sin sentido.

Ese idiota no era de mucha ayuda, solo empeoraba la situación mental de Kyoko.

¿Saben que era lo que realmente la ayudaba a pensar mejor? Subir a la terraza de la case Yuki, tirarse en el piso y mirar hacia el cielo. Todo eso lo hacía alrededor de las cinco pm.

Claro que ese día no era la excepción, pero pasó algo poco concurrido.

Con quien vivía subió con ella colocandole una sombrilla la cual estaba sostenida por un tipo de roca grande y se agachó con ella.

—¿Qué haces?— Preguntó confundida antes las acciones ajenas.

—Es más que obvio lo que estoy haciendo.— Del bolsillo de su pantalón sacó crema con protección solar, abrió el empaque y colocó poca cantidad en todo el rostro de la ojiazul. —Siempre sales aquí y nunca ocupas nada para el Sol, mira tu rostro, está más rojo que de costumbre, ¿O acaso es porque estoy aquí?

—No digas tonterías.— Golpeó la mano del chico y ella continúo aplicando lo restante de aquella crema con cuidado. —Igual eso me importa poco.

Él se sentó a su lado, observando como el sol se comenzaba a ocultar. —Se ve lindo desde aquí, nunca había subido como tal.

—¿En serio no?

Asintió. —Solo he venido las veces que he planeado matarme.

—Yuki...— Aquello le causó preocupación sin duda alguna, su rostro lo reflejaba.

—Solo estoy jugando.— Rió quedándose inmóvil en el piso, mirando al despejado cielo.

Ambos chicos se quedaron en silencio, un silencio muy cómodo y tranquilo sin duda alguna. Lo disfrutaban.

—Oi Yuki.— Llamó su atención la chica. —¿Por qué me sigues ayudando?

Se quedó pensativo, hasta que habló pero ni siquiera le miraba a los ojos. —Porque él me aterra.

—¿Hanma?— Ella rió ante aquello, realmente creía que estaba hablando de Hanma. —Ni siquiera es tan...

—No hablo de él, tonta.— No reía, se le veía serio y sin duda alguna, se le veía algo aterrado. —Estoy hablando de Kisaki. Hanma ni siquiera tiene pensamientos propios algunas veces.

—¿Kisaki? ¿Por qué te aterra?

—Se supone que no debería hablarte de esto, pero...— Se quedó callado unos instantes. —En tu secuestro... Él estuvo involucrado, también se involucró cuando te golpearon en aquel callejón, todo lo malo que te ha pasado es gracias a él.

Estaba pálida ahora sí, no lo creía. —¿Tú cómo sabes todo eso?

—Para Kisaki simplemente soy su peón, si no sirvo más me desecha. Eso fue lo que hizo con ella.— Le creía, pues su rostro lo decía todo. —Él fue quien me mandó a buscarte ese día en casa de tus padres, sabía que Hanma estaría ahí y por eso dije lo que dije. Me está controlando para que te alejes de Hanma y te acerques a él. Lo peor es que hasta ahora, tu novio y él han estado trabajando juntos.

Por siempre seré tu pecado [Hanma Shuji x OC] EDITANDO !!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora