Capítulo XX

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“Tal y cómo lo planeamos.”

Una mañana más de un día más, le parecía tan apagado ese día que tan sólo su alarma comenzó a sonar la apagó y quedó ahí en su cama tirada, pues sus ganas de levantarse estaban hasta el subsuelo. La pelea con Shuji había sido en la noche pasada, esa era una de las razones por las cuales no quería salir de su habitación siquiera.

Se dió una vuelta dejando su mirada fija en un punto del techo, reflexionando lo que había hecho la noche anterior. "Puedes besarla y al final coger con ella.” Esas palabras no salían de su cabeza, ni siquiera comprendía cómo era posible que dijera aquello, ¿Se arrepentía de decirlo? Absolutamente, incluso estaba ideando una manera de pedirle perdón pero ya no sabía cómo.

Un sartén cayendo en la cocina la sacó de sus pensamientos, la asustó incluso. Se levantó de la cama y salió de su habitación en dirección al lugar del que provenía el sonido, encontrándose con Keisuke preparando el desayuno y al parecer salió mal, ya que incluso rompió el sartén.

—¿Qué se supone que querías hacer?— Pregunto Kyoko entre risas, levantando un pedazo de plástico que salió volando cerca de ella, pasándosela a su hermano.

—Quería hacer un omelette que vi en internet para ti porque ya sabes, ayer pasaron cosas y quería subirte el ánimo.— Lo miró con una expresión de confusion, no sabía cómo él se enteró de lo que sucedió con Shuji y el pelilargo al notar el porque de su expresión movió su cabeza y sus manos en forma de negación. —Sólo se que pasaron cosas pero no sé que cosas, si tú quieres contarme puedes hacerlo pero si no entonces ni insistiré.— La menor no esperó ni un segundo y se abalanzó a los brazos del mayor, quien se confundió y sólo acarició su cabeza con lentitud.

—Creo que arruiné mi relación con Shuji.— Su voz estaba entrecortada, primeros minutos levantada y ya estaba llorando entre los brazos de su hermano. —Actúe impulsivamente y le dije cosas que no debí haberle dicho, soy muy idiota, no pensé en lo que podría pasar si le decía todo eso.— Keisuke se quedó en silencio, escuchando con atención todo lo que le decía. No estaba se que responderle por lo cual simplemente se quedó callado, prefería no arruinar la situación. —Y ya no tengo ni idea de cómo pedirle perdón.

—Oye, tranquila.— Musitó apretando un poco más el abrazo en el que estaba, tratando de tranquilizarla un poco más. —Habla con él y explícale las razones por las cuales reaccionaste así, seguramente te va a entender.

—Pero no se ni cómo hablarle, me siento tan avergonzada...

—Podrías llevarle una sorpresa hasta su departamento, como no lo sé, algún postre que le guste o algo así.— Sugirió el pelilargo. —Y así puedes hablar con él del tema, será fácil. No sabría en que más ayudarte, todo esto de las relaciones ajenas no son lo mío.

La ojiazul rió, sintiendo cómo las lágrimas poco a poco se detenían. —No se que haces para hacerme sentir mejor en tan sólo unos segundos.

—Es algo que sólo Baji Keisuke es capaz de hacer.— Alardeó entre risas, alejándose de aquel abrazo mientras que despeinaba un poco el cabello de su hermana, manteniendo aquella tierna sonrisa en su rostro. —Ahora ve a hacer lo que necesites, lávate y demás, yo mientras continuaré haciendo el desayuno.

—Ten cuidado de no romper más utensilios, no cuestan cinco yenes.— Bromeó la menor y se dirigió a su habitación, en la cual entró y apenas lo hizo se quedó parada frente a su espejo, mirándose con atención. —¿Por qué no me dijo que estoy horrible?

Según ella su apariencia estaba nefasta puesto que, el maquillaje que no se había quitado en la noche estaba en todo su rostro e incluso lucía algo demacrada, en realidad, cualquier persona luciría mal si lloró la mitad de la noche con el maquillaje puesto e incluso durmió con él.

Por siempre seré tu pecado [Hanma Shuji x OC] EDITANDO !!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora