Capítulo 21

12.4K 717 65
                                    


Ross

Bostezo sintiendo como el dulce sueño se va de mi cuerpo.

Me remuevo un par de veces por la superficie suave donde estoy acostada. Frunzo mi ceño aún con los ojos cerrados cuando siento la habitación más fría que de costumbre, busco con mis manos a mi alrededor una sábana con la cual arroparme y cuando la encuentro, me cubro está la cabeza con ella acomodándome lo más posible.

Un estornudo me interrumpe cuando vuelvo a intentar conciliar mi sueño.

— Salud— ese susurro me alerta haciendo que me siente de golpe sobre el colchón donde descansaba.

Un segundo...

¿La habitación más fría de costumbre?.

¿Un fuerte olor a perfume masculino?.

¿Las paredes más oscuras?.

Esta no es mi habitación.

Un pesado brazo agarra mi cintura haciendo que vuelva a acostar mi cuerpo.

¿Qué mierda? Yo duermo sola.

El duro y gran cuerpo choca contra el mío cuando me abraza manteniéndome quieta. Un suave ronquido sale de sus labios haciéndome estremecer. 

Al elevar mi vista a su rostro me encuentro con el rubio gruñón aunque ahora mismo tenía una expresión angelical.

Trato de salir de sus brazos para ir al baño cuando ese cosquilleo comienza a molestarme en la partes baja de mi abdomen, pero su agarre hace vuelve más fuerza haciéndolo gruñir por lo bajo mientras su entrecejo se frunce antes de abrir ligeramente sus ojos grises.

— Quieta mocosa, es muy temprano— dice con voz ronca antes de volver a cerrar sus ojos.

Y ahí está el señor gruñón.

— Baño, por favor— hago un puchero aunque no pueda verlo.

Él suspira antes de volver a abrir sus ojos y mirarme un poco molesto antes le colocarse encima de mí, haciéndome poner nerviosa.

— ¿Ya hiciste?.

— ¿Qué?— dije confundida antes de que el baje su enorme mano para comenzar a tocar y apretar el pañal comprobando si está lleno.

— Vamos mocosa, es demasiado temprano— su mano vuelve a subir hasta la parte baja de mi abdomen y hace presión en esa zona, logrando que las ganas se intensificaran.

— No— trato de apartarlo pero su cuerpo es demasiado grande comparado con el mío —Tyson, por favor no— pero él me ignora y sigue haciendo presión.

Muerdo mi labio inferior cuando decido rendirme dejando que ese líquido caliente salga.

— Muy bien— reparte varias caricias antes de ir a buscar las cosas para limpiarme.

Traté de respirar para calmar el temblor de mi cuerpo, me sentía avergonzada ya que esta iba a ser la primera vez que Daddy Ty me cambiaba, pensándolo bien era la primera vez que íbamos a pasar tanto tiempo los dos juntos.

Una Pequeña Princesa TraviesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora