HyunJin y JeongIn regresaron después de un rato a la fiesta, y un par de horas más tarde el ambiente ya había comenzado a encenderse. Pero el castaño seguía sin ánimos luego de la pequeña discusión con su progenitor.
—¿Quieres ir a casa? —el mayor llamó su atención al posar la mano sobre el muslo contrario.
JeongIn le asintió, en tanto apretaba los labios provocando que los hoyuelos en sus mejillas aparecieran.
—Si quieres quedarte...
HyunJin negó con la cabeza antes de que terminara de hablar, y le sonrió enternecido de aquella libertad.
—Yo vine a acompañarte, ¿Qué voy a hacer aquí si no estás? Vamos a descansar.
Ambos se pusieron de pie y rodearon la mesa, ya repleta de copas y vasos vacíos que dejaron los demás invitados sentados en el mismo lugar.
—Le diré a papá.
Asintió observando a todos bailar y cantar como si la música fuera hecha para ellos. Pero había un par de personas que buscaba y habían desaparecido.
—Yo iré al baño mientras —le avisó a su novio que aceptó, y caminó al contrario de él para encontrar al dueño de su transporte.
HyunJin se abrió paso entre los alegres cuerpos en la pista de baile hasta llegar al pasillo donde se disponían cuatro puertas en el costado derecho, cada una con un letrero marcando a que correspondía. Y frente a ellas se encontró la cocina, donde los encargados corrían de un lugar a otro limpiando trastes y preparando cócteles.
Las primeras dos puertas correspondían al baño de hombres y mujeres. La tercera era el baño de empleados y la cuarta, la más alejada casi al final del pasillo, era el cuarto de limpieza y el lugar que llamó su atención.
Cruzó frente a la cocina con tranquilidad, procurando pasar desapercibido por los empleados. Pero todos estaban atareados con el trabajo por lo que nadie notó su presencia.
Tomó el pomo de la puerta con la picardía reflejada en el rostro, y abrió en un golpe rápido encontrando al interior a las dos personas desaparecidas.
—¡Uy! Lamento interrumpir —dijo sin un real arrepentimiento, una vez estuvo adentro y cerró la puerta a sus espaldas.
—Ay dios... —murmuró el prometido de Yang RyuJin, sentado con las piernas separadas en un escritorio desgastado. La camisa desabotonada hasta la altura del abdomen, y las prendas inferiores colgadas de los tobillos.
El chico estaba estupefacto observando al intruso acercarse hasta el hombre de cabello anaranjado, arrodillado frente a sus caderas y con los labios empapados.
—Toma —le entregó un pendrive negro al detective, cuando estuvo lo suficientemente cerca para alcanzar la mano de este, sin ver más allá de la cuenta—. Sigan disfrutando la noche —susurró Hwang divertido y los dejó solos entre los útiles de aseo.
JiSung palideció luego de verlo cerrar la puerta, y sin demora se bajó del escritorio para acomodarse la ropa.
—¿Qué haces? —se quejó Lee aún apoyado en el suelo y guardando el objeto en la bolsa del pantalón.
—Ya nos vieron.
—Él no dirá nada, solo me debía algo. Y no te voy a dejar ir de todas formas —lo detuvo antes de que terminase de subir la ropa interior, y lo empujó de regreso al escritorio para continuar.
Esta vez sin interrupciones.
Por otro lado del recinto, HyunJin se subía al subaru junto al castaño una vez más. Pero a diferencia del anterior recorrido, llevaba el estómago un poco apretado. JeongIn minutos antes le advirtió que su padre quería hablar con él, y a pesar de que le sobraban razones para excusar sus sentimientos, algo respecto a Yang le quitaba el gusto por estar en el mismo metro cuadrado juntos.
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Infernum ; hyunin
RandomYang JeongIn, hijo de un empresario adinerado, conoce a Hwang HyunJin en el supermercado. Un hombre de melena oscura y misteriosamente atractivo que conquistará su corazón, sin sospechar que aquel día comenzaría su desgracia. ━━━━━━━⚠️━━━━━━━ (†) Me...