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La interrogación se detuvo luego de que el principal buscado se diera a la fuga. El detective, después de indicar a los oficiales los posibles lugares donde podría estar, se quedó a las afueras junto a los demás recostado en el capó de una patrulla, frente al chico que mantenía la mirada perdida en un punto del suelo. Llevaba más de un minuto así, y comenzaba a preocuparle.

JeongIn estaba perdido en sus pensamientos. Continuaba sin poder asimilar completamente que la persona que dormía junto a él esa mañana, fuese capaz de cada delito ocurrido en el último tiempo. Recordó la primera vez que tuvo sexo con él, la manera en que perdió la cabeza y lo lastimó, pero su amor lo había hecho ignorar todo al verlo destruido. Recordó cada vez que se autolesionaba, y la sonrisa sincera que le daba por las tardes al regresar del trabajo.
¿Cómo esa persona podría ser capaz de tanto? ¿Por qué jamás fue capaz de ver la realidad?
Pero en el fondo sabía que algo no andaba bien con su mente, y que estaba cegado por todo el sentimiento que tenía hacia ese hombre.

Una campana de notificación lo devolvió al lugar. Kim sacó su celular del bolsillo y observó completamente extrañado, que el mismo Hwang HyunJin, le había enviado su ubicación junto a un corto: "No lleves a nadie", que le revolvió las teorías.

—HyunJin me envió su ubicación —dijo cuando notó que JeongIn le observaba preocupado.

—De seguro se encontrará con papá ahí.

Él imaginó lo mismo.

—Dice que no lleve a nadie.

—Yo iré —dijo JeongIn, y se miró un momento con el policía junto a ellos, inseguro de aquello—. Cuando me atraparon, papá dijo que yo era su kryptonita. Si resulta ser verdad que soy su punto débil, quizá pueda convencerlo de decir la verdad.

Y tal vez esa era la razón por la que únicamente ese chico, era capaz de ver el lado bueno de Hwang. Tal vez él era la única persona capaz de calmar sus demonios y darle seguridad. Tal vez él podría hacer la diferencia.

—¿Señor? —el policía esperó la orden de Kim, que procesaba la información y buscaba como actuar sin riesgos.

Si Hwang lo quería solo, no era una buena señal después de todos sus malos encuentros, pero llevar a JeongIn también sería la posibilidad de mantener a ambos a salvo. Entonces asintió y acomodó su ropa.

—Les avisaré en caso de que los necesitemos. Vamos —llamó al castaño con la mano y de inmediato le siguió hasta su auto personal, pues llevar una patrulla sería exponerse a lo desconocido. Y con cinturones firmes, salieron rumbo al lugar señalado por el azabache.

El viaje fue silencioso en un principio, con pequeñas conversaciones cada vez que JeongIn le avisaba donde girar.

Con el celular en la mano, observaba como la ciudad desaparecía, mientras imaginaba todas las posibilidades de que al llegar, alguno de los dos estuviese muerto. No quería enfrentarse a la muerte de HyunJin, pero tampoco que fuese el causante de ella. El corazón le dolía, pero SeungMin ya le había advertido sobre mantener la calma.

—No me puedo convencer de que HyunJin sea capaz de algo así, pero...

—Hay muchas cosas que no sabes de él —Kim no lo dejó terminar, y luego de un suspiro continuó—. SeulGi vino hablar conmigo después de él. A diferencia de su hermano ella si quiso ayudarme para resolver el caso de Yeji, y me explicó cosas que nadie sabía. Luego, cuando desapareciste, tu madre llegó con evidencia que ahora están analizando. La guardó en caso de que él se atreviese a hacerles daño. Y lo hizo...

JeongIn observó el rostro concentrado en el camino.

—Todo tuvo sentido después.

—¿Qué descubrió? —se aventuró a cuestionar, a pesar de que algo en su interior le producía terror a conocer la verdad.

Infernum ; hyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora