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—Noooo —alargó la palabra el joven de ojos pequeños, mientras miraba a su novio terminar de vestirse, y amenazar con deshacerse de su larga melena azabache—. No lo cortes. Te ves muy bien así.

—Ya está demasiado largo —mencionó HyunJin, tomando un mechón de cabello mojado por acabar de salir desde la ducha.

—Si lo cortas me voy —amenazó el castaño con la voz más gruesa que antes, y mirándole sentado en la cama.

—¡Oye! Es mi cabello.

—Y eres mi novio así que parte de ti me pertenece. Y como parte dueño me niego a que lo cortes.

HyunJin soltó una pequeña carcajada y se acercó a él para tomar su rostro entre las manos, a lo que JeongIn intentó escapar dejándose caer hacia atrás sobre la cama. Pero era inútil intentar negarse a los cariños del otro.

El mayor aprovechó para acomodarse entre las piernas del castaño y besar los dulces labios a los que era adicto. JeongIn sonrió entre los belfos del azabache, que alzó la cabeza para mirar el bello rostro del chico, y que llenaba su corazón de alegría.

Observó aquellos hoyuelos en las mejillas que le hacían ver realmente lindo, junto a la manera en que sus ojos desaparecían al sonreír y de igual forma era capaz de apreciar su brillo. Por primera vez, después de tanto tiempo, se sentía completamente feliz y era gracias a él.

—Está bien. Lo dejaré un poco más —apegó la frente a la del chico, dando caricias a su nariz con la propia—.  Pero igual lo cortaré —murmuró antes de atrapar sus labios una vez más, dichoso de tenerle. Pero el sonido del timbre hizo estallar la burbuja de amor en la que se encontraban.

—¿Quién será? —HyunJin se alejó del menor suspirando frustrado por la interrupción, y se encaminó hasta la puerta para abrir.

—Hola, HyunJin.

Tras ella estaba un muchacho bajito de tez morena, con ropa cómoda, y se abrió paso al interior del apartamento con una maleta gris en la mano.

—¿JiSung...?

El nombrado miró a JeongIn aparecer desde la habitación, con notoria sorpresa en el rostro.

—Hola. No sabía que estabas aquí.

El azabache cerró la puerta luego de asegurarse de que nadie más viniese con él.

—Sí. Yo... Me mudé aquí —le aclaró el menor de los presentes en busca de la mirada de su novio, para que le aclarase los motivos de esa visita inesperada.

—Genial. Tu padre es un idiota.

Un silencio incómodo se apoderó del lugar ante el comentario, y rápidamente el chico sacudió la cabeza para disculparse.

—Perdón, se me salió.

—No te preocupes. No eres el único que lo cree —agregó el mayor que se paró junto a JeongIn para observar al recién llegado—. ¿Qué haces aquí?

—MinHo me pidió que lo espere aquí.

—¡¿En serio?! Le dije que... —no terminó de hablar, solamente rodó los ojos mientras apretaba los puños, y relamía sus abultados labios bastante molesto—. Ok, no importa. Siéntate — suspiró e hizo un gesto hacia el sofá.

—¿MinHo? ¿Tu amigo el detective?

—Innie, siento mucho lo que le hice a RyuJin —JiSung no dejó que el otro contestara—. Pero no puedo sentir nada por ella.

—No importa. De todas formas... tal vez se lo merecía —mencionó el menor preguntándose si realmente lo que dijo estaba bien. Dudó si alguien merecía ser traicionado así, a pesar de todo el odio que pudiese tenerle. Y nuevamente llamaron a la puerta.

—Debe ser MinHo.

El mayor caminó hacia la entrada una vez más.

—¿Estás seguro de querer escapar con él?

—Creo que lo amo. Debes entenderlo, tú escapaste con HyunJin —JiSung lo miró con una pequeña sonrisa enamorada en el rostro.

—Yo tenía razones suficientes para salir de esa casa —le confesó JeongIn, con un notorio tono nostálgico.

HyunJin abrió y el detective se encontró con su mirada molesta, pero al contrario de preocuparse, solo sonrió de lado divertido.

Le invitó a pasar de mala gana, y cerró la puerta más fuerte que antes para demostrar su descontento.

—¿Cómo están ustedes? —cuestionó a los otros dos en el lugar.

—No lo sé... —contestó JeongIn con voz confundida y la mirada perdida en el suelo.

—Listo —aseguró por su parte, Han.

—¿A mí no me preguntarás?

—Prefiero que no —Se giró hacia el azabache, y le sonrió con sarcasmo antes de acercarse a él lo suficiente para dejar un papel en la palma de su mano, sin que los demás lo notasen.

HyunJin analizó desde ahí la tarjeta y se encaminó a la cocina seguido de Lee, para tener mayor privacidad.

—¿Para qué me quiere?

—No me quiso dar explicaciones.

Hablaron por lo bajo.

—¿No intentaste negarte? —El de melena buscó un plato desde la alacena para ocultar la conversación.

—Sí, pero ya lo conoces.

—¿Dónde se irán? —Tomó una bolsa de galletas de chocolate del mismo lugar, y las vertió en el.

—Eso no te interesa.

—Tal vez si —dejó la bolsa con fuerza sobre el mueble, llamando la atención de todos a causa del golpe. Porque si había algo que Hwang odiaba, era que intentaran estar sobre él en su propia casa. Miró al detective duramente, y él desvió los ojos luego que lo dejaran en su lugar.

—Sabes como ubicarme —susurró Lee cuando el alto pasó por su lado para acomodar el plato de galletas en la mesa de centro, invitando a los tres a servirse.

JeongIn se acomodó en el otro extremo del sofá y tomó un par de galletas para calmar su mente. Pero al buscar al mayor con la mirada, le encontró cortando un papel en diminutos pedazos con las manos, del cual pudo apreciar el tan reconocido logo de seguridad nacional.

Desvió la mirada hasta el detective y su pareja, pero todos eran completamente ajenos a la acción. Excepto él.

—Detective —Uno de los oficiales nuevos se asomó un poco para darle información—

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—Detective —Uno de los oficiales nuevos se asomó un poco para darle información—. Ya llegó.

—Genial. Hazlo pasar —le ordenó SeungMin ocultando la emoción de que, finalmente podría entrevistar a alguien que le aclararía muchas incongruencias en el caso. Alguien que había estado involucrado con Yang.

El hombre cruzó el umbral de la puerta, y él respetuosamente se puso de pie para recibirle. Pero en el instante que sus ojos se encontraron con los contrarios, los pulmones detuvieron el trabajo, la mandíbula comenzó a perder fuerza, y una idea que cruzó por su cabeza le apretó el corazón sin piedad.

—Detective Kim. Un placer verlo de nuevo.

Simplemente no era capaz de aceptar que él, era la persona que buscaba.

—Tú...




Infernum ; hyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora