[ 23 ]

153 14 2
                                    

—Sácanos de aquí por favor.

JeongIn se acercó a la puerta para abrirla, pero fue alejado de ella por la mano del detective.

—No. Puede ser una trampa.

—¡No es una trampa! ¡Sácanos, por dios!

—¡No confío en ti, maldito mentiroso! —Kim batalló con él desde el otro lado.

—Nos encerraron aquí, pero tenemos a los tipos que estabas buscando. Por favor abre, llevamos mucho tiempo intentando encontrar una salida.

JeongIn lo miró en espera de una respuesta, y cuando meneó la cabeza en asentimiento, quitó el seguro y abrió la puerta.

Al tener la vista del interior, quedaron asombrados con la cantidad de personas atadas de pies, manos y con la boca cubierta de cinta que había por el suelo, exceptuando a tres hombres que respiraron aliviados de estar libres.

—Gracias. Creímos que moriríamos allá adentro —dijo el más bajo y fornido de los tres, mientras el más delgado y rubio se abalanzó sobre el rostro de JeongIn desbordando emoción.

—Ay, ¡Tú eres Innie! —masajeó las mejillas del chico, admirado por su ternura—. Que lindo eres, ¿Verdad?

Se giró a buscar la aprobación del resto, pero a todos le preocupaban sucesos de mayor importancia.

—¿Qué es esto Chan?, ¿Dónde está HyunJin?

—Son gente de Yang. HyunJin nos dejó encerrados aquí y quien sabe donde está. 

—Por eso me envió la ubicación —mencionó el detective, entendiendo la intención del azabache por reunirlo con el australiano.

—¿Él te envió la ubicación?

—Sí. Me pidió venir solo, y creímos que estaría aquí con Yang.

—Ese era el plan...

Y al escuchar ese murmullo, Kim detuvo los movimientos que la ansiedad le obligaba a mantener.

—¿Qué? —observó los ojos de Chan—. Espera, ¿Tú trabajas con él?

Y no obtuvo más que silencio, el que bastó para responder a su pregunta.

—¡Cómo fui tan tonto!

Se giró sobre sus talones y mientras se alejaba, enredó los dedos en su cabello totalmente molesto, con él, con HyunJin, y consigo mismo por involucrarse con "el enemigo". Había amado al australiano como a nadie más, y solo era una distracción para que Hwang llevase sus planes a cabo. Ahora se hallaba en los zapatos del menor.

—Ellos estaban saliendo —le aclaró el rubio a JeongIn, que observaba la escena bastante confundido. Asintió entendiendo la situación, y preguntándose si al encontrar a HyunJin sería igual de doloroso. Pero ya no importaban las circunstancias, tampoco el desenlace, necesitaba localizarlo, y comenzó a registrar el celular que conservaba una imagen suya como fondo de pantalla, en busca de alguna señal que los ayudaran.

—SeungMin... —Kangarú fue tras él. No podían esperar un minuto más para ir tras los pasos de su jefe.

—¡Suéltame! ¡Confié en ti y mira! —pero el corazón herido de SeungMin no cooperaba.

—¡Escúchame! —tomó al detective por los hombros para obligarlo a que oyera—. ¡No podemos discutir ahora! HyunJin está solo, y tenemos que encontrarlo antes de que lo maten.

—¿Quieres que te ayude después de todo lo que has hecho? —el más delgado lo empujó indignado y con la cara mojada por las lágrimas que fracasó en detener—. Tú te irás a la cárcel, y ustedes también por cómplices —señaló con el dedo al par que esperaban pacientes el fin de aquella discusión. 

Infernum ; hyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora