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El timbre del apartamento sonó una vez, y fue suficiente para que una amplia sonrisa apareciese en sus labios gruesos. Rápidamente fue a la puerta y abrió dejando ver al castaño de ojos bonitos de pie tras esta, con un paraguas azul en la mano por la lluvia de aquel día.

Pero la sonrisa de plenitud al saber que llegó, se fue desvaneciendo luego de notar un oscuro hematoma en el pómulo izquierdo del chico, aún algo inflamado y notoriamente provocado por alguien.

—Me tenías en el olvido —se quejó el menor abultando el labio inferior en un corto puchero que le derritió el corazón. El castaño era su todo, y alguien se había atrevido a ponerle las manos encima.

—He tenido mucho que hacer... y no quería arriesgarte a nada.

—Ya hablamos de eso —le regañó al ingresar en el inmueble.

Días antes habían dejado claro que todo estaba fuera de peligro, que no habría preocupaciones porque nada volvería a ser como antes, pero la ansiedad del mayor no se detenía con simples palabras.

—Sí, pero más vale prevenir que lamentar —respondió mientras cerraba la puerta a sus espaldas, y JeongIn suspiró frustrado de que los demonios del pasado lo estuviesen alejando del hombre que amaba.

—Te extrañaba.

Una vez dejó el paraguas en el bastonero, el menor se abrazó a su cuello para unirse en un suave beso de reencuentro.

—Yo también. Y odio que no puedas ir a verme.

Eran bastantes días sin poder ver al otro, y HyunJin dedicado al trabajo, no tenía muchas posibilidades de hablarle tan seguido como solía hacerlo.

—Podría subir a tu ventana.

—Prefiero prevenir que lamentar —le devolvió la jugada.

—Touche.

Por qué claro. Si el padre de JeongIn llegaba a encontrarlo, era capaz de cualquier cosa.

—¿Qué tal todo? —HyunJin se alejó del pequeño rumbo al congelador.

—Desde el robo a la empresa las cosas empeoraron —el castaño en tanto, se acomodó en el sofá soltando un pesado suspiro para dejar ir todas las frustraciones—. Papá está colérico, y se va contra nosotros porque no hay nadie más en la casa con quien desquitarse.

—¿Él te hizo eso? —preguntó el mayor observándolo serio, con una bolsa de gel refrigerante en la mano.

—No es nada grave. No te preocupes —no quiso responder a la pregunta, pues lo que menos esperaba era ver a HyunJin y a su padre atrapados en un conflicto por su causa.

El mayor se acomodó a su lado en el sofá y le tomó la barbilla con una mano, para tener control de su rostro y observar mejor el golpe que parecía más inflamado que antes.

—Espero que no se haya atrevido con tu madre.

—Ella está esperando que le haga algo para hundirlo.

Tomó el gel y lo situó sobre la piel clara del menor.

—Au... —se quejó por la presión que recibió sobre el azulado hematoma.

—Lo siento, a veces soy muy torpe.

JeongIn negó con la cabeza un par de veces. Para él no era torpeza, era un acto de amor y cuidado bastante tierno.

Le sonrió con la misma dulzura, y se acercó al rostro de este para alcanzar sus labios. Pero a milímetros de ellos, el celular del mayor comenzó a sonar.

Infernum ; hyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora