"La policía sigue en busca de pistas para encontrar a los responsables de la muerte del abogado asesinado en Busanjin-gu, luego de que dejaran a su amante libre de culpas."
El aroma a café recién preparado y pan tostado inundaba el salón del apartamento, mientras escuchaba con poco interés el noticiario de las 10 am. Su cabello azabache aún mojado, brillaba por los rayos de sol primaveral que ingresaban por la ventana, y las puntas de sus dedos se veían de un tono lila por el frío que la helada de la noche dejó.
"Tras largas horas de juicio, finalmente a la acusada de iniciales K.K.S, fue declarada inocente por el cargo de asesinato en primer grado. Al parecer, las pruebas no fueron suficientes para ser acusada, a pesar de ser la última persona vista junto al abogado la noche del asesinato."
Observó su pequeño frasco de porcelana, el que utilizaba para el azúcar, ya casi vacío. Definitivamente era momento de salir por provisiones, pero lo haría después de desayunar y tener un poco más de calorías en el cuerpo, para enfrentarse al frío del exterior.
Había cumplido dos semanas de su traslado y a pesar de tener un gran menú de lugares para conocer, prefirió quedarse en su hogar limitándose a dar un paseo por el parque en las tardes o salir a hacer un poco de ejercicio en las mañanas. Tal vez no se sentía con la confianza suficiente para pasear sin conocer completamente. Y pedirle ayuda a su hermana significaba recorrer alguna tienda de ropa reconocida, o mercados colapsados de gente.
Terminó su desayuno, se arropó un poco más con una sudadera blanca estampada, y sostuvo su melena oscura con una gorra azul que además le serviría para ahuyentar el sol de sus ojos.
Salió del complejo de apartamentos con una bolsa de tela en la mano, rumbo al supermercado. No le quedaba lejos, sólo a unas 7 cuadras de distancia que caminaba con tranquilidad. Era su segunda visita en el lugar, y le parecía muy tranquilo, en comparación a la locura que se formaba en la capital.
Recorrió los primeros pasillos sin encontrar lo que necesitaba. Ya en el tercero logró hallar el azúcar, y en tanto miraba la variedad de precios a elegir, un golpe en su costado lo sacó de lugar.
Había atropellado accidentalmente a un muchacho de ojos pequeños, provocando que toda su mercadería terminara esparcida por el suelo.
—¡Ay! Cuanto lo siento. —dijo al ver el desastre, y rápidamente se agachó para ayudarle a recolectar los productos que, por su causa, habían caído de las manos contrarias.
—No, fue mi culpa. No vi por donde iba y suelo ser muy torpe. —se excusó el muchacho de cabello castaño oscuro con un pequeño mullet.
—No pienses así. —Sonrió al tiempo que se levantaba del suelo. Le pareció algo triste que el desconocido pensase tan mal de sí mismo.
—No... —murmuró el otro, a lo que HyunJin se encontró con su rostro embelesado observándolo. El chico tenía piel clara, apariencia de niño, nariz recta y redonda, y sus pómulos marcados, junto a esos ojos rasgados, le recordaba a un pequeño zorro.
—Oye... Hooolaaa. Creo que voy a comenzar a creer esos rumores que soy guapo como para dejar a otro hombre así. —dijo en un tono burlón, y pasó una mano frente a sus ojos para intentar sacarlo de aquel trance que lo dejó congelado.
El pobre muchacho sacudió un poco su cabeza, y la agachó para ocultar lo avergonzado que estaba por haberse quedado mirándolo de esa manera, pero no pudo evitarlo. El azabache realmente era muy guapo, y jamás se había encontrado con alguien igual.
—Yo... lo siento. —dijo con un color carmín empañando sus mejillas, y rápidamente retomó su camino con la intención de escapar de la potente mirada del alto.
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Infernum ; hyunin
RandomYang JeongIn, hijo de un empresario adinerado, conoce a Hwang HyunJin en el supermercado. Un hombre de melena oscura y misteriosamente atractivo que conquistará su corazón, sin sospechar que aquel día comenzaría su desgracia. ━━━━━━━⚠️━━━━━━━ (†) Me...