Infernum ; hyunin

[ 15 ]

La luz del sol ingresó con fuerza a través del vidrio en la habitación, y fue a dar justo sobre el rostro de bien dotado perfil que yacía sobre la almohada. El joven de cabello castaño se removió entre las sábanas a causa de la molestia en los ojos, pero no pudo huir de la iluminación, y no le quedó más que despertar.

Bostezó al tiempo que estiraba los brazos, dejando caer uno al lado izquierdo en busca de su acompañante, pero no había nada ahí. Miró para asegurarse y efectivamente, HyunJin no estaba.

Se sentó sobre el colchón por si encontraba alguna pista del paradero del mayor, si escuchaba la ducha o el sartén en la cocina, pero en el apartamento solo había silencio. Algo que le pareció extraño en fin de semana, cuando él debería estar dormido y disfrutando del tercer día de sus vacaciones.

Miró a su alrededor confundido y se encontró con una hoja de cuaderno arrancada, apoyada en la lámpara sobre el velador. Era una nota con la letra del desaparecido.

"Volveré pronto. Llegaré con los chocolates que te gustan.
Te amo <3"

Una gran sonrisa se dibujó en los labios del castaño, y dejó caer la cabeza sobre la almohada una vez más. Se acomodó de costado para observar el lugar que ocupaba HyunJin al dormir y suspiró profundamente.

Era completamente feliz junto al azabache, y él cada día se dedicaba a recordarle que a su lado no tenía nada que temer.

Lo extrañó en ese momento. No había recibido el tan común beso de buenos días, tampoco el agobiante abrazo que no le permitía escapar de la cama con facilidad, y sus tan comunes duchas compartidas.

Inconscientemente acarició la almohada libre, y para su sorpresa, sobre ella, la luz hizo resaltar un cabello dorado que rápidamente tomó para analizar.

Era demasiado largo para pertenecerle, y demasiado claro para ser de HyunJin.

¿Acaso no era el único en la vida del mayor?

Su cabeza comenzó a dar vueltas entre las millones de posibilidades, pero la opción de que alguien más había estado en esa cama, regresaba con fuerza.

Su actitud con él no había cambiado, pero ahora que estaba de vacaciones se quedaba solo en casa mientras trabajaba. Y esa mañana desapareció sin dar explicación alguna de dónde o con quién se vería.

¿Acaso sería capaz de traicionarle así?

Tomó su celular y le quitó el cargador para utilizarlo con mayor facilidad. Marcó el número del azabache y esperó pacientemente en tanto el aparato sonaba, pero no obtuvo respuesta.

¿Qué era tan importante como para no contestarle?

No quiso dar más vueltas al asunto. Confiaba en él. HyunJin cada día le demostraba sus sentimientos, lo consentía cada fin de semana, lo recibió en su hogar cuando jamás fue su obligación, y estaba poniendo en duda todo ese amor que le entregaba.

Se levantó de la cama arrepentido y buscó ropa limpia para darse un baño, y después dedicarse a hacer una pequeña limpieza en el apartamento, antes de cocinar para esperar al mayor. Pero dieron las 15:00 y HyunJin aún seguía sin aparecer.

Una llamada le sacó del sofá donde miraba una película, para compensar la soledad en la que se encontraba, y con ilusión de tener una señal del mayor, corrió para contestar. Pero el nombre que apareció en la pantalla era el que menos había esperado.

—¿Bueno? —contestó después de unos segundos, en los que decidía si atender o no.

—JeongIn... Necesito hablar contigo —la voz del hombre al otro lado de la línea tenía un tono lastimado, pero tal como la última vez que hablaron, se mantuvo firme.