Los Mellizos Horan

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PRÓLOGO


El recuerdo de aquella noche parecía repetirse una y otra vez en la mente de ambos, era algo que jamás se iba a olvidar, pasara lo que pasara. Se repetía un sinfín de veces, recordarlo podía traerles recuerdos tanto buenos como vergonzosos, nunca creyeron que tuviera el valor suficiente como para soltar aquellas palabras, sobre todo ella... Fue la que se sobre saltó y terminó soltando la verdad.

Por otra parte, el chico rubio se mantuvo desde entonces centrado en lo que debería y no debería de hacer ahora que sus familias sabían todo lo que estaba sucediendo entre ellos, que toda esa verdad —ansiedad— que los había estado consumiendo días atrás había surgido por fin.

Esperar la llegada de un bebé... ¿Qué es lo que podría salir mal? Es lo que se cuestionaba el chico constantemente, una y otra vez, casi haciendo que su cabeza estallara tratando de buscar una forma de que no fuese tan difícil —porque sí, sabían lo que se acercaba— pero quería pensar en otra cosa, en que podría solucionarlo y dar todo de sí. Claramente lo lograría pero, ¿Y si no daba para más?

Temía tanto no ser lo que ahora quería, tal y como pasaba con su pareja.

Había sido la metida de pata más grande del mundo, es verdad, estaban conscientes de ello pero ahora lo único que podían hacer sería afrontar los problemas y seguir con ello.

El hecho de que sus madres hayan aceptado era un avance, pero nada como el pánico que sintieron cuando vieron a ambas mujeres desmayarse al recibir la noticia, la madre de él por su parte, no fue nada grave, pero de la que hubo más preocupación fue de la madre de la chica que había caído estruendosamente contra el suelo aquella noche, preocupando a todos por el reciente accidente automovilístico que había tenido y del cual seguía recuperándose.

Es a eso a lo que ella se refería con tener que darle tal noticia a su madre, era lo que menos quería. Aunque, no fue tan grave el problema, el médico la asistió y todo estaba en orden, no hubo golpe brutal en la cabeza y sólo había sido parte del susto, afortunadamente.

Así que sí, en cierta parte, fue un buen momento, quizá la noche buena más alocada que habían tenido en sus vidas y la forma de haber recibido la navidad... Ni se diga.

Más preocupado por nada estaba él, en serio que sí, habría que hacer tantas cosas para que todo pudiera salir de la mejor forma, le causaba algo de temor como ya se había dicho antes pero, quería ir bien, hacer bien las cosas. Quería lograrlo, ya no solamente para sus sueños, sino que también para su pareja y su futuro bebé.

El hecho de compartir con sus amigos un sueño lo hacía increíble, pero nada sería realmente increíble como el poder cumplirlo justo como lo querían. Había mucho por hacer y las energías eran tantas, sabrían como sobrellevar la situación.

Sabría cómo cumplir sus sueños.

Tenían una familia que los amaban y que querían lo mejor para ellos, el apoyo y la sinceridad, y ni mencionar a los buenos amigos que poco a poco se iban adentrando al círculo familiar, más cercanos que nunca.

Cualquier esfuerzo valdría demasiado la pena.

Habrían muchos cambios en la vida de ambos, estaban muy seguros de ellos y todo sería para bien.

Nuestras vidas pueden cambiar siempre y cuando nosotros mismos nos lo propongamos.

Los Mellizos Horan 2 EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora