Capítulo 74: Sorpresas.

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No me sorprendía que los días continuarán pasando de manera rápida. Al contrario, me encantaba, ya que en cualquier momento me encantaría mirar a los mellizos correr de un lado a otro por la casa. Los quería siempre bien.

Niall y yo la pasábamos junto a ellos en todo el tiempo que teníamos libre, había días en los que salíamos al jardín trasero para jugar sobre una manta —para que no les picará el césped a los pequeños— llevábamos sus jueguetes favoritos y algo de bocadillos pequeños para los cuatro. Ellos gateaban por la manta, una que otra vez saliéndose de la manta.

Nos encantaba emasiaod pasar tiempo con ellos dos, era buneo verlos crecer poco a poco, encontrándonos últimamente con la sorpresa de que lograban ponerse de pie y volían a caer sentados, volviendo a intentarlo una vez más.

Hace un par de días atrás, Niall llegó a casa antes de que la noche cayera, se espantó cuando me encontró llorando con ambos mellizos en brazos, llorando por igual. Recuerdo que asustado, comenzó a revisarnos a ambos, encontrándose con que los tres estábamos en perfecto estado. Solamente lloraba porque no sabía qué hacer con los mellizos, llevaban demasiado tiempo llorando y no supe qué más hacer que ponerme a llorar con ellos dos.

Con mucho cuidado y cariño, Niall nos recostó en la cama, dejó a ambos mellizos sobre su pecho, dejándome a mi a su lado mientras los tres éramos abrazados por él, sin duda, un gran padre. Los dos pequeños, con el chupete en labios y recibiendo cariños de su padre, se calmaron y cayeron dormidos después de que él les cantará una canción.

Ese había sido un día de locos. Seguí avergonzada hasta ahora.

—Princesa, despierta... —Sentí suaves besos en mi rostro, me removí un poco, apegándome al cuerpo tibio.

—Mhm...

Sentía su respiración, sus brazos, sus besos, las pequeñas caricias que me brindaba. No quería despertar, lo único que quería era seguir durmiendo sin importarme nada en lo absoluto.

—Vamos, arriba. —Volvió a susurrar, dejando ahora cortos besos en mis labios — Tenemos que preparar todo y después hacer el desayuno.

—No... —Me negaba.

—Te prepararé el desayuno.

Después de minutos de pensar, me puse de pie, asintiendo a sus palabras y aceptando que me prepararía el desayuno. Es más rico cuando él lo prepara.

—Sabía que te terminaría convenciendo.

Sonreí, dirigiéndome al baño para lavar mi rostro y poder despertar más. Eran las siete de la mañana, tendríamos que preparar las maletas, tomaríamos el desayuno y haríamos un par de cosas más antes de irnos a Irlanda el día de mañana.

Esta vez, solamente iríamos a casa de la abuela de Niall nosotros cuatro. Nuestras madres tenían trabajo, Denisse y Greg, tampoco podrían asistir por lo mismo del trabajo. Niall y yo nos hicimos un pequeño tiempo para ir, la abuela quería conocer a sus nietos. No me opondría, hace tiempo que no íbamos a verla.

Preparé las maletas de manera relajada, Niall arreglaría la suya después, ya que dijo que así sería mejor. Preparaba el desayuno, terminé por arreglar las maletas pequeñas de los mellizos y dejarlas perfectamente acomodadas cerca de la puerta. Todo estaba listo, lo necesario para el tiempo que estemos en casa de la abuela.

Los Mellizos Horan 2 EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora