Capítulo 24

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La sorpresa de mi madre no fue tan grande a cómo realmente creí que sería, sino que fue más su enojo, esa molestia presente en ella mientras escuchaba cómo se dieron las cosas y por qué Alexander resultó de esa manera tan desastrosa.

Se sentía indignada.

Toda una madre preocupada.

Para mi era algo nuevo verla de esa forma, es decir, por mi sí se suele preocupar de esa manera —aunque no siempre, no suelo tener tantos problemas— pero, verla que se preocupe por una persona ajena...

Mamá muchas veces solía sacar a la superficie su lado proyector y demasiado empática.

Solo me mantenía observando su actitud, de un momento a otro se puso de pie, yendo de un lado a otro, con sus brazos cruzados sobre su abdomen, mostrando esa seriedad tan persistente, acompañada de molestia e impotencia.

—Ya le dije que pusiera en conocimiento ese problema en la universidad... —Susurré con cierto cansancio— Hay oportunidad de que los directivos hagan algo al respecto, puedes reconocer el rostro del tipo ese, seguro y también dan con esos a los que él mandó para que te golpearan.

Hasta después de un rato me di cuenta de lo molesta que había hablado, de la forma en la que me expresé y cómo es que había movido mis manos de un lado a otro.

Mamá tenía la culpa de que me haya alterado de esa forma, el verla y sentir esa molestia sobre ella...

Ugh.

—Dayan tiene razón. —Se expresa— Mañana deberías de ir a poner eso en conocimiento. Es una universidad grande y de prestigio, no creo que vayan a dejar pasar algo tan grave como eso. En esa universidad los forman como una mejor persona, una mejor versión de ustedes mismos y con muchos principios éticos. —Suelta de repente— Tienes que ir...

Lo señala fijamente, él solo asiente ante ello. Se ve sorprendido por la manera en la que mamá ha hablado, se ha mostrado y cómo prácticamente le exige algo a él.

Es extraño.

Tanto para él como para mi.

Conociendo cómo es mamá y sabiendo el poco tiempo que ella tiene de conocer a Alex, apenas cruzaron palabras algunas al principio...

—A todo esto, ¿Por qué tú te saliste del colegio? —Me hundí casi en el sofá— ¿Te sentiste mal?

Asentí lento, desviando la mirada.

—¿Por qué no me avisaste?

Fruncí mi entrecejo, mordiendo mi labio inferior con algo de fuerza.

—Sí me sentí mal, pero se me pasó al rato... —Susurré algo cohibida— En el último descanso fue cuando decidí saltarme las últimas dos clases... Por eso estoy aquí, se me pasó avisarte, cuando venía Alex me avisó sobre lo que le pasó.

Le eché una rápida mirada a Alex que también me había estado mirando, sin decir nada, regresó la mirada a mi madre.

—Bien, lo bueno es que estás aquí... —Comenta entre un suspiro— ¿Ya te sientes mejor, hija?

Su rostro pasó de esa ligera molestia y cansancio a una preocupada.

—Estoy bien... Los malestares ya han pasado.

Mi madre suspira, tomando asiento en el sofá en el que había estado antes de que pudiera haber hecho casi una zanja en la sala de estar.

Casi se deshace en el mismo mullido sofá, cerrando sus ojos y echándose por completo en el mismo sofá, importándole muy poco si ahora había alguien ajeno en casa.

Los Mellizos Horan 2 EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora