Capítulo 16

811 44 3
                                    

La incomodidad no se había ido de mi en ningún momento, no estaba para nada cómoda aquí, me sentía sofocada.

Sentía tanto calor, la cabeza me dolía ligeramente un poco, sentía mi cuerpo demasiado cansado, la pesadez en mis piernas, una opresión en el pecho y el sueño ni siquiera existía por ahora.

Termino sentada sobre la colchoneta, quitando el brazo de Niall de mi cintura. Me muevo con cuidado, tratando de no hacer demasiado ruido para no despertara nadie. Aún así, al moverme sobre la colchoneta suelta un ruido, rechina un poco, pero logro controlarlo al levantarme rápido.

Las demás colchonetas no estaban tan juntas a las otras, había cierta separación entre cada una, pero continuaba con esa sofocación.

Me encaminé a la cocina, en oscuridad, cuidando bien de en dónde pisaba y abriendo mas mis ojos.

Al entrar choqué contra alguien, el golpe no fue fuerte, y tampoco emití ningún ruido más que un quejido bajo.

—Perdón —Me disculpe, quitándome del camino.

—Uh, Dayan... —Susurró, miré bien y llevaba una caja pequeña entre su mano, pronto dio un sorbo— ¿Qué pasó?

Se trataba de Ruth llevando en su mano una cajita de jugo.

—¿Tienes alguna pastilla para dolor de cabeza? —Pregunté con una mueca.

—Tenemos en el baño se arriba. —Me hace señas, por lo poco que veo en la oscuridad— Vamos, te daré una. No es mucho problema, así que no te dará alguna gastritis o ganas de vomitar.

Explica. Pasamos por la sala de regreso, a pasos cuidadosos hasta este momento iba descalza, pero no me molestaba.

Me guiaba entre la oscuridad y al llegar al pasillo de arriba fue cuando hubo un poco de luz.

Esperé fuera del baño, con la puerta abierta mientras ella buscaba las pasillas detrás de aquellas puertecillas. La miraba buscar con paciencia, siempre cuidando de no hacer demasiado ruido.

—Aquí están —Dijo alegre— Te tomas una, las demás puedes dejarlas sobre la encimera de la cocina, ya mañana las recogeré.  —Dice, sonriendo— Cualquier cosa le dices a Liam, digo, para que no tengas que venir hasta acá. Espero que el dolor pase rápido y duermas pronto.

No deja de sonreír. Asiento y le agradezco por todo.

Regreso por el pasillo, hasta que estoy al final de las escaleras es que veo que ella apaga la luz del pasillo. No escucho nada mas.

Ruth y Alexander se habían quedado en la habitación de ella, alegaron que era mejor que nosotros nos quedaramos en la sala, si es que así lo queríamos, y ellos dos en su habitación para que todos durmieran mejor en las colchonetas. Además de alegar diciendo que nosotroa éramos más amigos, y ellos no debían de estar interrumpiendo a los amigos de su hermano. Todo un show que no tenía nada qué ver y que tampoco nos molestaba demasiado, al final de todo, era la decisión de ellos querer ir a la habitación, así que no nos quejamos por eso.

De vuelta a la cocina me sirvo un poco de agua en un vaso, bebiéndola con la pastilla. Lo dejo de lado y me quedo apoyada contra le encimera, dejando por igual la caja de pastillas ahí mismo; suspiro, cerrando mis ojos y echando mi cabeza hacia atrás.

Respiro lentamente, y suelto el aire.

Poco a poco me convenzo de que estoy tranquila, de que todo está bien y solo es un simple dolor de cabeza. Nada malo. Nada fuera de lo normal.

Cuando me doy cuenta estoy de vuelta a la sala, pero busco mi celular el mueble debajo de la televisión, hasta que lo encuentro es que sonrío y me coloco mis zapatillas sin sujetarlas.

Los Mellizos Horan 2 EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora