Capítulo 20

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Me levanté de la cama con cierto dolor de cabeza, peinando un poco mi cabello desordenado. Bostecé por un largo rato, acomodando mis ropa de dormir.

Caminé hasta el baño, tallando mis ojos. Solté un quejido cuando entré al baño, me daba una pereza enorme el tener que bañarme y con el dolor de cabeza que tenía ahora.

Jadeé pesadamente al sentir una corriente de aire fresco por el baño, me apresuré a tomar la ducha con agua fresca, sintiéndome mejor; se controló un poco el dolor de cabeza y mi cuerpo pareció relajarse un poco. Tomé el tiempo necesario para poder ducharme correctamente, poder relajarme bien.

Al salir me apresuré a vestirme, secando en seguida mi cabello un poco para peinarlo y dejarlo suelto para que finalmente se secara solo. Arreglé mi mochila, poniendo en ella todo lo necesario para el día de clases; bajé con mi mochila en mi hombro, después de asegurarme por segunda vez que llevaba todo y no me hacía falta absolutamente nada.

Dejé la mochila en la sala, escuchando ruido en la cocina me encaminé hacia allá encontrándome con Leigh frente a la estufa, haciendo algo en la sartén, concentrado en ello. Mientras tanto, encontré a Josh agachado frente al refrigerador, buscando algo.

Sonrío en seguida al verlos tan concentrados y casi apresurados.

—Buenos días... —Fui descubierta por Leigh, quien me sonrío— El desayuno casi está listo, siéntate.

Señala la silla en el mesón.

Obedecí de inmediato, el olor al tocino frito y los huevos llegó hasta mi nariz. 

Cerré mis ojos, apoyando mi mentón sobre mis brazos que estaban apoyados sobre el mesón. Seguí inhalando el delicioso aroma del desayuno, ahora esperando ansiosa a poder tener la comida frente a mi y devorarla cuanto antes.

Abrí mis ojos al escuchar más ruiditos. El desayuno estaba servido frente a mi, con los mellizos acomodándose en sus lugares para posteriormente Josh servir el jugo y empezar pronto con el desayuno; estaba por llevar el primer bocado de comida a mi boca cuando dejé los cubiertos.

—¿Mamá ya se levantó? —Les pregunté, imaginando que sabían de ella por haberse levantado más temprano que yo.

—Salió hace media hora... Dijo que tenía trabajo pendiente y dos juntas importantes. —Dice Josh— No estaba segura, pero probablemente llegue tarde, quedó de avisarte.

—Oh... —Es lo que sale de mis labios.

Empiezo ahora sí a desayunar, degustando maravillada la comida que ambos mellizos se habían esmerado en hacer para los tres.

El ruido de los cubiertos chocando contra los platos y el de los vasos al ser dejados de vuelta sobre el mesón era el único ruido que nos rodeaba por ahora. Normalmente éramos de comer en silencio por las mañanas —a menos de que alguien sacara a flote cierta plática— era cuando pasábamos el desayuno haciendo comentarios.

Bebí lo poco de jugo que quedaba en mi vaso y suspiré realmente satisfecha al poder tomar tan deliciosa comida.

—Muchas gracias, chicos... —Susurré alegre, apoyándome contra el respaldo de la silla— Siempre cocinan tan delicioso, les agradezco por esto y por todo.

Me ofrezco a lavar los utensilios que se han usado para el desayuno mientras que los mellizos suben a su habitación y se encargan de preparar sus cosas para poder salir directo al colegio en unos minutos más. Sequé mis manos en una de las toallas de la cocina al terminar de lavar los platos y me apresuro a ir a lavarme los dientes.

Al bajar ambos me esperan cerca de la puerta, Josh sosteniendo mi mochila entre sus manos, sonriendo cuando me ve.

Salimos de casa, las llaves en mi mano derecha para en seguida ser guardadas en la bolsa de mi mochila. Revisé mi celular, verificando que no tuviera alguna llamada o mensaje, y en realidad no tenía nada; estaba segura que Niall pudo haberse ido a dormir tarde o incluso haberse quedado en el departamento de su padre, esperaba verlo el día de hoy.

Los Mellizos Horan 2 EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora