"Thomas Stanley Holland"
—Mara... —murmuro casi inaudible, ella parpadea varias veces y me sonríe a medias.
—¿Qué? —Pregunta Tom separándose de mí.
—No, no es nada. —Me repongo en mi lugar y le sonrío nerviosa.
—¿Qué harás ahora?
—Creo... —pauso buscando a Dom—. Creo que no —añado y me llevo las manos a los bolsillos incómoda. Sé perfectamente que Dominique me ha dejado sola para que me involucrase con Tom.
—¿Ya has comido? Podemos ir por algo. —Me dice incómodo.
—Eh... claro. —Titubeo pero él sólo asiente con la cabeza mientras camina hacia el estacionamiento y lo sigo.
Él abre la puerta de un Mazda MX-5 rojo que parece recién salido de la agencia. Mis ojos se abren bastante a lo que obviamente lo nota y comienza a reír.
—Tengo los papeles en el maletero, eh. —Me dice bromeando mientras me hace una seña para entrar.
—Claro...
Cuando nos subimos al precioso auto alcanzo a notar que robamos la atención de algunas miradas que, por supuesto, mañana sería algo de que hablar o de algún nuevo chisme. Intento relajarme por un momento hasta que me doy cuenta de un pequeño detalle; me encuentro subida en un carro carísimo con un tipo que conocí ayer en la noche al cuál besé, y del cuál no sé cómo trabaja en un bar con un carro así.
—Carajo... —susurro para mí pero él me escucha claramente.
—¿Qué sucede? —Me voltea a ver de reojo y sonríe divertido. Sé que sabe en qué pienso.
—Lo siento es sólo que Tom... —Pauso sin saber cómo decirlo. Voltea a verme unos segundos y asiente.
—Pregúntame lo que desees.
Lo volteo a ver bastante sorprendida... él sabía exactamente en qué pensaba. Su semblante me demuestra tanta seguridad y en realidad, me siento segura de no estar en un mal lugar pero mi instinto dice que nada puede ser tan bueno para ser real.
—¿Cuál es tu nombre? —Digo lo más firme que puedo pero el sonríe de lado afirmándome que he sonado igual de nerviosa.
—Tomas Stanley Holland. —Se lo piensa un momento—. ¿Yo también puedo preguntar no? —Dice mientras arquea una ceja.
—Algo me dice que ya sabes mi nombre.
—Creí que podría hacer otra pregunta, Chiara Costa Avenue. —Dice y se voltea para hacerme una sonrisa burlona.
—Si bueno, Sean es malo ocultándome.
Lo veo sonreír de oreja a oreja mientras echa la cabeza hacia adelante y es inevitable no reír junto a él. Finalmente se estaciona enfrente de un restaurante "Trattoria", uno de los restaurantes más caros de la ciudad de Boston y el cuál no podías sólo aparecerte.
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𝘚𝘰𝘣𝘳𝘦 𝘭𝘢 𝘷𝘪𝘥𝘢 || TH
Teen Fiction¿Alguna vez has sentido el espesor del aire en tus pulmones luego de haber corrido a toda velocidad? ¿Alguna vez has sentido la ráfaga del aire cuando vas en un coche y te asomas por la ventana? ... Si tan sólo lo hubieras apreciado, si tan sólo lo...