¿Alguna vez has sentido el espesor del aire en tus pulmones luego de haber corrido a toda velocidad?
¿Alguna vez has sentido la ráfaga del aire cuando vas en un coche y te asomas por la ventana?
...
Si tan sólo lo hubieras apreciado, si tan sólo lo...
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—¿Príncipe Tom? —repito consternada mientras que Sean se apresura a arrebatarle el celular a papá para checar la nota completa sin embargo, este parece querer meterse en el celular.
—¿Cómo demonios el bar tender? —dice Sean aún mirando la fotografía. Nadie podía entenderlo y sinceramente tampoco yo.
—Chiara esto no me está dando risa ¿quién es ese chico? —continúa mientras se cruza de brazos mirándome expectante, a lo que me llevo las manos al cabello, echándolo para atrás. Aún no sé que decir pero intento hablar sin éxito, debido a que las palabras no salen de mi boca. De igual forma ¿qué podría decir si yo no sabía nada de él?
El titular se queda plasmado en mi mente y retumba el eco de esas palabras en la misma <<Príncipe, príncipe, príncipe>> Subo corriendo las escaleras hacia mi cuarto mientras escucho a mi madre gritarme pero la ignoro y cierro la puerta detrás de mí. Me recargo en la puerta por unos segundos para recuperar el aire y finalmente tomo mi celular, y comienzo a buscar el papelito en donde Tom había anotado su número. Lo encuentro dentro del bolsillo de mi chaqueta negra, lo agarro desesperada y comienzo a grabar el número en mi celular con mis dedos temblorosos.
"Chiara: ¿Quién demonios eres?" "Chiara: ¿Por qué ha salido esa nota?" "Chiara: Tomas tienes mucho que explicarme ahora mismo..."
Me quedo observando el chat esperando a que conteste. Necesito respuestas ahora. Pero entonces tocan la puerta y me giro sobresaltada hacia ella.
—¡Chiara soy yo! tenemos que hablar —avisa Sean, yo me acerco a la puerta y pretendo abrir pero me detengo.
—¿Vas a darme un sermón? —digo con la mano en la perilla.
—Tú sabes que no —me dice suspirando así que le abro pero me aseguro de que mis padres no estén con él, al no verlos cerca, meto a Sean rápidamente y cierro la puerta con seguro—. ¡Hey! Debes relajarte un poco.
—¡Cómo hago eso Sean! —le respondo eufórica—. ¿Quién demonios es él? ¿por qué... me ha echado así? No debí salir con él —admito tirándome en la cama mientras resoplo.
—Chiara... no tengo la respuesta a ninguna de esas preguntas, pero creo que sabes que necesitas hablar con Tom. —Me observa muy serio y se sienta en la orilla de mi cama.
—¡Sean es lo que trato! —explico levantándome de la cama exaltada—. Él no responde mis mensajes y estoy tan confundida... yo... él —digo moviendo mis manos en el aire con desespero.
—Primero debes calmarte... él debe estar aún más alterado. —Dice—. Pero... ¿qué son ustedes? —me observa intrigado.
—Realmente no lo sé, hoy... —me corto pensando en lo que iba a decir—. Hoy... he visto esa foto. Bueno, una foto de él con los reyes de Inglaterra y no supe cómo reaccionar, y él tampoco así que me echó —digo suspirando.
