"Ella ya no está"
Después de la confesión de Adam... no entendía quién era Tom en realidad, no podía imaginarlo haciendo algo así.
—Hemos llegado. —Me avisa Adam al llegar a mi casa. Me he quedado embobada todo el camino pensando en quién es Tomas.
—Adam... —susurro bajándome de la moto e incorporándome enfrente de él—. ¿Por qué me contaste esto? —Cuestiono aún pasmada pero me mira preocupado.
—Chiara... —pausa un momento—. Mis padres no son buenas personas, ya sabes lo que nos hicieron desde niños. Nunca creyeron digno a nadie para ocupar su puesto. —Me dice—. Aún quieras a Tomas por quién es o cómo es, involucrarte en esta familia va a romperte en mil pedazos. Quisiera ahorrarte el dolor que ya sufrí. —Me mira fijamente a los ojos muy serio, arranca la motocicleta y se marcha.
¿Por qué hacía esto por mí? ¿Él interés era real o sólo era planeado? Tenía miles de preguntas más y no podía parar de pensar —¿Dónde estará Tom?—.
[...]
Tom POV.
La noche anterior después del golpe desperté en mi cuarto... ese antiguo y viejo cuarto. Nadie había hablado conmigo en toda mi estancia aquí y ya había pasado una semana.
Al menos eso pienso porque ni siquiera tenía mis pertenencias, sólo mi ropa y ropa nueva que estaba colgada. Cada mañana venía un sirviente leal al rey y me decía "—Tom debes dejar de intentar escapar o entender, pronto sabrás." Y todas las mañanas le exigía que me dijera que demonios hacía aquí. Sin éxito.Chiara debió pensar que la abandoné y tampoco había visto a Adam. Ni a mis padres.
Las puertas del enorme cuarto se abren de par en par a lo que me sobresalto ante el inusual ruido.—Qué demonios... —respingué atareado, me levanto de la cama rápidamente y veo a dos guardias, los cuáles se posicionan a los dos lados de las puertas. Entonces entran y no puedo apostar por mi cara pero sé que es una de amargura. No pude argumentar palabra.
—Tomas... —murmura mi madre con los ojos llorosos mientras se acerca a mi pequeña cicatriz en la sien, la que me habían hecho con el golpe al venir aquí. Ella intenta tocar mi cara pero yo la esquivo dejándola con las manos en el aire y viéndome sorprendida.
—Sigues siendo igual de insolente. —Comenta mi padre uniéndose a la conversación a lo que lo miro molesto.
—No tan cruel cómo un padre que exilió a su hijo, y luego lo amenazó con matar a el amor de su vida sólo para volver aquí a encerrarme. —Digo mirándolo expectante pero sólo comienza a reírse.
—Le di ordenes a tu hermano de amenazarte con lo que sea pero no creí que esa chica fuera realmente importante. —Me mira con una sonrisa demente—. Parece que los medios tenían razón.
—Yo no quería ser su hijo reconocido para eso está Adam. —Reprocho mientras veo a mamá bajar la mirada.
—Adam no es mi hijo. —Comenta mi padre muy serio.
—Yo tampoco. —Le contesto de mala gana y mamá vuelve a mirarme mal.
—¡Tomas! —Me regaña a lo que me acerco un poco para señalarlos.
—¡No soy su hijo! —Exclamo—. Mis padres son Miranda y Evan Collins, no ustedes ¡Ellos me cuidaron, ellos si me aceptaron y no me negaron al primer error que cometí! —Grito muy abrumado recordando.
—¡Mataste a tu hermana y te parece poco! —Grita mirándome demente.
—¡Yo no la maté! —Exclamo pero siento las lágrimas brotar y resbalar por mis mejillas—. Yo jamás hubiera hecho eso... —murmuro para mí y volteo a ver a mamá que comienza a sollozar un poco.
—¿Entonces quién la aventó en ese pozo? —Cuestiona con mirada dolida. Era la primera cosa que en verdad lo hería.
—Ella quería recargarse ahí. Ella quería jugar y yo la ayudé, y... luego... —pauso con la voz entrecortada—. Ella cayó, pero eso fue un accidente y yo no sabía... —contesto llorando.
—Cómo sea nadie supo de tú estupidez. —Añade mi padre despectivamente a lo que me giro a mirarlo con deseos de golpearlo.
—Yo jamás lo hubiera hecho. Ella también era mi hermana. —Le contesto muy firme con mis palabras y mamá se levanta a tomar mi hombro.
—Tranquilo Tom. —Me dice con la voz temblorosa pero niego mientras le quito mi brazo.
—Ustedes jamás van a creerme y yo no quiero ser un príncipe, sólo quiero irme a casa. —Pido muy serio. Papá me observa con confusión, sé que va a decir.
—Está es tu casa, y este es tu destino. —Me contesta severo—. Ser un rey. —Pronuncia esta última palabra con más seriedad lo que me causa repele.
—¡Yo no soy un rey! —Grito molesto.— ¡Estoy harto de esto, de ustedes y de esta maldita acusación!
—No me interesa, Tomas. —Contesta mi padre muy sereno, mamá me mira y asiente.
—¿Por qué me quieren a mí? Soy un asesino para ustedes, yo no soy lo que quieren. —Niego con la cabeza pero mamá me reprende.
—¡Deja de decir eso, Tomas! —Contesta muy exaltada.
—Mírame a los ojos y dime que crees que no lo soy, dime que me crees. —Le pido observándola a los ojos, estos se fruncen y veo como quiere llorar. Abre la boca para hablar y vuelve a cerrarla... lo sabía.
—Te...
—Basta de estupideces. —Interrumpe—. No me interesa lo que quieras o no, Tomas. Esto es lo único que te queda y si no lo tomas, iré uno por uno. —Me amenaza y sus palabras retumban en mí ¿lo único que me queda?
—¿Lo único que me queda? —Cuestiono aturdido por sus palabras. Mamá me mira preocupada—. Yo tengo un hogar allá y eso es lo único que me queda, no ustedes. Ustedes jamás serán algo como eso. —Le contesto con ironía pero él me observa con una media sonrisa.
—Tomas ¿qué es lo que crees que te queda allá? —Me observa cauteloso mientras va acercándose a mí—. ¿Tú empleo en un bar corriente? ¿la casa que compraste con nuestro dinero? ¿el auto? ¿el lugar dónde estabas? —Indaga con un tono intrigado a lo que yo niego con la cabeza y volteo a mirarlo con orgullo.
—Nada de eso importa. —Contesto sereno y me volteo, dándole la espalda.
—¿Entonces qué te queda Tomas? —Insiste muy tranquilo—. ¿Chiara? —Menciona y todo en mi se tensa. Me giro hacia él queriendo, deseando darle un golpe en la cara.
—¡Ella es mi hogar! —Protesto y mi madre me mira triste—. Y si te atreves a tocarla, voy a...
—¡Ella ya no está! —Me interrumpe—. ¡Ella ya no existe y no la volverás a ver, te lo aseguro! Tu hermano se encargó de ella y debe venir pronto a contarnos cómo pasó. —Su tono de voz es muy lento y conciso, pero aún así no logró escuchar lo que dice después de "—¡Ella ya no está!".
¿Chiara... no está? Mi corazón se estruja, y siento los oídos comenzar a pitarme, mi respiración se entrecorta y no lo entiendo. Ella debe estar en casa, esperándome, ella... ella debe estar ahí.
—¿Qué... —dejo las palabras en el viento—. ¿qué le has hecho? —Me aviento sobre él—. ¡qué le has hecho!
—Lo que debí hacer contigo desde el momento en que naciste. —Escupe las palabras en mi cara y me tira al suelo para levantarse después. Se repone y entonces salen pero no sin antes decirme—. Ojalá que haya sido lo más doloroso que haya experimentado en su vida. —Agrega y las puertas se cierran dejándome completamente solo.
Él la ha matado, él la ha matado... ¿Cómo pudo hacerme esto?
[...]
I have any comments about this, pero sigan leyendo. Besooos. 🖤
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𝘚𝘰𝘣𝘳𝘦 𝘭𝘢 𝘷𝘪𝘥𝘢 || TH
Teen Fiction¿Alguna vez has sentido el espesor del aire en tus pulmones luego de haber corrido a toda velocidad? ¿Alguna vez has sentido la ráfaga del aire cuando vas en un coche y te asomas por la ventana? ... Si tan sólo lo hubieras apreciado, si tan sólo lo...