¿Alguna vez has sentido el espesor del aire en tus pulmones luego de haber corrido a toda velocidad?
¿Alguna vez has sentido la ráfaga del aire cuando vas en un coche y te asomas por la ventana?
...
Si tan sólo lo hubieras apreciado, si tan sólo lo...
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Tom POV. —¿De quién es ese bebé? —Pregunté muy serio, Chiara me miro muy triste.
—Tom debes escuchar... —sugerió mi madre pero la interrumpí.
—¿¡De quién es ese bebé, Chiara!? —Exclamé tomándola de los brazos. Adam intervino empujándome lejos de ella mientras papá nos miraba de mala manera.
—Yo... —murmuro Chiara pero Adam la interrumpió.
—El bebé puede ser mío, Tomas. —Contesta muy serio.
Lo volteo a ver con odio, una mezcla de sentimientos se revuelven en mi ser con ganas de salir explotados, la miro y ella se hace pequeña, tiene los ojos llorosos pero entonces mis padres comienzan a hablar.
—Los dejaremos solos pero Tom no hagas nada tonto. —Pide mi padre y salen de la habitación sin decir más.
—Tú. Tú la tocaste ¡Te dije que te alejarás de ella, hice lo que querías, maldito bastardo! —Grito abalanzándome encima de Adam, él no reacciona hasta que estamos en el suelo y golpeo su nariz repetidas veces, me gira y queda encima ahora.
—¡Joder tienes que escuchar, imbécil! —Exclama tomándome de los brazos para calmarme. Sin embargo, estoy furioso, él había abusado de ella.
—Tomas... —Susurra Chiara, los dos volteamos a verla y ella baja la mirada mientras solloza—. Él... no abusó de mí. Yo lo permití. —Mis ojos se llenan de lágrimas y siento como el pecho se me contrae.
—¿Qué has dicho?
—Creí que no volvería a verte... —murmura pero la interrumpo.
—¡No digas... —me callo—. ¿Por qué... cómo pudiste? —Cuestiono mientras me levanto del suelo y Adam me suelta para acoplarse.
—Adam me habló de muchas cosas. Nos conocimos... y de verdad creí que no... iba a volver a verte...
—¡Chiara joder, pasó un mes y medio! —Grité exasperado—. ¡Y eso te bastó para acostarte con este imbécil! ¡Él iba a matarte, me fui porque él iba a matarte! —Las lágrimas brotaron sin avisar, sentí mi garganta comenzar a cerrarse. Estaba furioso, triste y decepcionado. Todo se sentía fatal.
—Tienes que escucharme. —Me pide con la voz temblorosa.
—Todo lo que dices es que creías no volver a verme pero ahora estás aquí, diciéndole a todo el mundo que vamos a casarnos como si nada. —Pauso mirándola muy dolido—. Y no es justo, no es malditamente justo.
—Ella no dejó de pensar en ti ni un solo día Tom. —Interrumpe Adam y yo lo miro mal.
—¿A sí? ¿Pensó en mí cuando lo hacían? —Cuestiono sarcástico—. Se merecen, definitivamente se merecen él uno al otro. —Añado con la voz entrecortada.
