¿Alguna vez has sentido el espesor del aire en tus pulmones luego de haber corrido a toda velocidad?
¿Alguna vez has sentido la ráfaga del aire cuando vas en un coche y te asomas por la ventana?
...
Si tan sólo lo hubieras apreciado, si tan sólo lo...
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Tom POV. Ella me mira con una sonrisa genuina y los ojos llenos de lágrimas, entonces me apresuro a tomarla por la cintura y enrollarla en un abrazo. La sostengo con tanta fuerza cerca de mí, pues quiero asegurarme que no es una alucinación. Entonces ella se queja un poco y murmura en mi oído.
—Aunque también te extrañaba, quisiera poder respirar, Tom. —Menciona casi sin aire, me aparto de su abrazo y la miro con una enorme sonrisa de par en par.
—¿Qué haces... cómo? —Tartamudeo—. Quiero decir, bueno, mi padre dijo que no estabas más... y Adam... —murmuro más rápido que mi pensar pero veo como baja la mirada con una sonrisa apagada. Algo no estaba bien.
—Si... hay muchas que debemos hablar, Tom. —Comenta despacio y una lágrima cae de su mejilla. Sin pensarlo, coloco sus mejillas entre mis manos con delicadeza, limpio suavemente esa lágrima y la obligo a mirarme a los ojos, sin embargo estos parecen querer evitarme.
—Hey... estamos bien... —susurro—. Hemos vuelto a casa, cariño. —Añado con una sonrisa sin dientes. Aprieta sus ojos desparramando más lágrimas... no entendía si esto era por el reencuentro o había algo más.
—He llegado a casa. —Murmura mirándome nuevamente y me abraza.
Correspondo un momento hasta que una de las chicas me avisa que faltan unos pequeños detalles y debemos darnos prisa. Finalmente me separo de ella y se marcha dedicándome una media sonrisa al salir.
[...]
Miro a la multitud... miles de personas bien vestidas con la atención puesta en sus conversaciones, el balcón del castillo es excesivamente grande. Me asomo de este y logro captar la atención de algunos presentes, pero al poco rato vuelven a sus asuntos. En las sillas delanteras y más cercanas al balcón estaba mi padre y yo, mientras que Chiara, mi madre y Adam quedaron detrás nuestro, sentados en unas sillas menos formales. No entendía la organización para ser sincero. Me volteo a mirarla y la veo moviendo su rodilla incesantemente. Mi impulso es ir a tomarla, calmarla y sonreírle, sin embargo Adam a su lado parece hacer lo mismo que había pensado, y ella lo mira con una especie de felicidad o esperanza... ¿ahora son amigos? Mi padre se levanta del trono hecho a su medida con cierta curia, y se acerca a la orilla del balcón donde todos los presentes comienzan a bajar la voz cuando lo ven asomarse por este.
—Bienvenidos... bienvenidos. —Anuncia sereno—. El día de hoy les presentaremos a nuestro hijo... el cuál ha podido al fin volver a casa. —Vocifera con algarabía. En realidad no podía tomarme en serio ninguna de estas... palabras, y menos sabiendo que él me despreciaba. Tenso la mandíbula para no bufar debido a que tengo más de cinco cámaras grabándome en todo momento.
—Tom... —Murmura mi madre a regañadientes, debo haberme puesto encorvado o algo así, me relajo poco a poco contando hasta diez pero aún me siento muy nervioso e incómodo.
