¿Alguna vez has sentido el espesor del aire en tus pulmones luego de haber corrido a toda velocidad?
¿Alguna vez has sentido la ráfaga del aire cuando vas en un coche y te asomas por la ventana?
...
Si tan sólo lo hubieras apreciado, si tan sólo lo...
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—Es una niña... —termino su oración mientras observo la pantalla en dónde se refleja mi bebé.
—Sí, es una niña. —Confirma, los ojos de Tom se iluminan y su cara desprende emoción. No lo había visto así en un rato.
—¡Chiara es una niña! —Chilla feliz. Cierro los ojos unos momentos intentando procesar, tendré una niña.
[...]
En el camino a casa Tom no paraba de hablar y mencionar sin fin de nombres al azar, sugiriendo una y otra vez cuál sería el mejor para su pequeña. Sin embargo no podía dejar de pensar en Adam... él no iba a tomarlo tan bien. Al llegar al castillo y finalmente sentarnos en el comedor con todos comiendo, Tom no pudo aguantar más.
—¡Tenemos una noticia! —Exclama emocionado, todos nos miran.
—Tomas podrías esperar a terminar la comida. —Le regaña Eduard. Adam nos mira con el ceño fruncido.
—Es importante, anda, diles Chiara. —Me voltea a ver con emoción. Trago saliva mientras me remuevo en mi lugar incómoda.
—El bebé... en realidad es la bebé. —Confieso mientras los observo esperando una respuesta. Isabel suelta un sonido de alegría mientras que Eduard intenta reprimir una sonrisa, Adam me observa con una sonrisa de par en par... maldición.
—Pero eso no es todo. —Aclara Tom y Adam lo observa—. Ella tiene más de cuatro meses de embarazo, tendremos una hija. —Toma mi mano apretándola un poco. Ahora las caras de todos cambian, Isabel tiene la boca abierta mientras que Eduard las cejas alzadas y Adam... su sonrisa se borra de inmediato.
—Me tengo que ir. —Anuncia Adam y avienta los cubiertos en la mesa abruptamente. Todos lo observan pero nadie dice nada. Sale de la habitación muy molesto y vacilo durante un momento pero al final me levanto para ir detrás de él.
—No Chiara. —Escucho a Tom protestar pero lo ignoro. Camino velozmente detrás de Adam quién va corriendo a la entrada del castillo.
—¡Adam espera! —Grito muy cansada, por fin para y se gira hacia mí.
—¿Qué es lo que quieres? Ya tienes lo que querías, te casarás con él, tendrás a tu hija con él y vivirás plenamente feliz con él. —Me mira molesto—. Yo nunca he encajado aquí Chiara, ya lo sé.
—Adam sabes que no es eso... —murmuro preocupada pero niega repetidas veces.
—Esto es lo que querías, ya lo tienes. Aléjate de mí... sólo eso te pido. —Sus ojos se encienden en furia pero me mantengo firme.
—No voy a alejarme de ti.
—¿Por qué no? —Cuestiona—. Es que no lo entiendes... estoy volviéndome loco. He cuidado de ti desde que te vi y quiero besarte ahora mismo porque no me interesa si ese hijo no es mío... yo te amo a ti. —Confiesa respirando agitado. Sus palabras suenan genuinas y se repiten en mi mente varias veces.
