Conclusión

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La respiración era superficial. Los ojos le pesaban, no podía mantenerlos abiertos por mucho tiempo. Intentó parpadear. Pero le dolía hacerlo. Le dolía respirar. 

- ¡Hermione! - El sonido de su nombre taladro cada uno de sus sentidos. Tosió con dificultad. Intentando con más fuerza enfocar lo que estaba alrededor. Un cabello pelirrojo se colocó en su campo de visión. Sobre ella. 

- G... - pero ninguna palabra logró ser articulada. Sus cuerdas vocales dolían al intentar vocalizar alguna oración. Sonrió. Mostrando que se encontraba bien. Intentó recordar lo que había sucedido, sin embargo, su mente parecía estar cubierta de polvo. 

- Estamos en San Mungo, amiga mía. Estás bien... - La voz de Ginny estaba tranquila. Dándole la calma que anhelaba sentir en esos momentos repletos de confusión. Quiso preguntarle por Draco. Pero de nuevo, sus palabras quedaron trabadas en su interior. Una lágrima rebelde se escapó de su interior.

Pequeños destellos de luz la golpeaban. Mostrándole que Draco la había traicionado. 

- Todo está bien. - Quiso decirle algo más. Conocía lo suficiente a la castaña como para saber que se estaba preguntando por el paradero de Draco. Sin embargo, no era el momento de decirle sobre él.  Hermione exhaló. Quería hablar, intentar entender que es lo que estaba sucediendo. Su mente parecía una maraña de acontecimientos que no tenían sentido. Nada de lo que pasaba por su mente parecía tener sentido. 

Una medimaga se acercó hasta ellas. 

- Señorita Hermione... ¿Cómo se siente? - Hermione sonrió. Incapaz de articular nada coherente. Miró a Ginny, exclamando ayuda. 

- Despertó hace unos minutos, no puede hablar. No ha logrado decir nada. - Ginny contestó con rapidez. Notando que su amiga se desesperaba por no encontrar la manera de comunicar lo que sentía. 

- Es normal, le hemos dado algunas pociones para recobrar la sangre perdida, también tranquilizantes, debe estar sedada por lo momentos. Vamos a revisar rápidamente como se encuentra todo su cuerpo. - Hermione asintió. La varita de la medimaga brilló por todo su cuerpo, analizando la recuperación que se estaba llevando a cabo. - Muy bien, todo está excelente. En unos pocos minutos todo volverá a la normalidad. - Hermione asintió de nuevo. Ginny tomó su mano. Sintiéndose tranquila de saber que su mejor amiga se encontraba bien. 

Hermione quería preguntar que es lo que había pasado. Pero la luz de la varita sobre su frente la hizo apagar nuevamente su consciencia. Un intento fallido de rebelarse contra el hechizo le ganó la inconsciencia completa. Un susurró de su amiga calmó la paranoia que se apoderó de su cuerpo. Le aseguraba que estaba allí. Que no se preocupara. Sin embargo, su cuerpo temblaba de solo pensar que volvería a dormirse. 

Flashback 

La luz verde cegó la capacidad de observar lo que ocurría. Draco había lanzado un hechizo, sin embargo, no escuchó palabra alguna salir de sus labios. Una sensación punzante se adueño de su abdomen, bajó la vista con temor, algo caliente parecía comenzar a esparcirse, entibiando la frialdad de su cuerpo, su sorpresa se debía a que la tibiez del exterior, enfriaba cada vez más su interior. 

Sus oídos se negaban a escuchar los hechizos que estaban siendo conjurados. Las diferentes tonalidades de luz le confirmaban que una batalla se estaba llevando a cabo frente a sus narices. 

Le hubiera gustado pedirle ayuda, decirle que estaba esperando por él. Pero él había sido claro, la había usado como una vil serpiente, rastrera y traicionera. 

Sus muñecas quedaron libres de pronto. Podía ser libre en ese momento, intentar desaparecerse, un jadeo quedo la hizo espabilar con fuerza, buscando con interés al portador de aquel sonido que conocía con precisión. 

MustelidaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora