Capítulo 10

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Lena se había interesado mucho en aquel científico y médico, un hombre que se le hacía bastante familiar por sus rasgos y la forma tan formal de hablar a pesar de que era un licántropo. Jackson Spheer. Sí, lo tenía en la mira. Spheer. Si estaba en lo correcto habría conocido a su abuelo, o su padre. Teniendo en cuenta la edad en que "caducaban" podría tratarse de su abuelo. Los Spheer se dedicaban a la nanotecnología más que a nada intentando con ella avances médicos, por supuesto, los humanos pagaron muy bien para que la nanotecnología se centrara más en trajes especiales que soportarían daños de razas enemigas.

Los laboratorios de Kriptón eran básicos comparados a los que poseía en Tyal, bajo tierra de la atalaya de los grupos de soldados de reconocimiento. Le interesaba de cierta forma por los posibles conocimientos que pudiera tener convirtiéndolo en un traidor como lo fue su abuelo, era de mirarlo; carismáticos, amable y torpemente gracioso, ¡Pero esos gestos sólo escondían al monstruo detrás!

La mañana apenas comenzaba, los rayos del sol iniciaban dando un clima templado bastante bueno para la ciudad y los pueblos cercanos. Un buen día para la pesca. Debía dejar para otro momento el estar investigando al científico Spheer, no debía dar sospechas de sus intenciones de desenmascararlo, por el momento, se le ocurrió enviarlo con un equipo a la frontera de Metrópolis para analizar el terreno, tenía planeado hacerse con la nanotecnología que pudiera quedar en el antiguo edificio que manejaban los Spheer, una misión secreta.

Su suegra y su madre aún no salían de la habitación, tres días más tal vez para que el celo de la madre de su esposa se calmara. Su cuñada se recuperó de la fiebre comenzando a hacer las rutinas diarias como de costumbre en los cuarteles, mientras que su amada esposa seguía en cama roncando tal cual animal obeso. Tampoco la culpaba, se desvelaron por intimar demasiado, mucha energía gastada y la rubia queriendo recuperarla comiendo donas con incontables vasos de leche.

— Me gusta cuando estás tan tranquila.

La vampiro se removió en su asiento, se encontraba en el escritorio intentando escribir cartas para la comandante, informar de lo sucedido últimamente. Volteó hacía la cama donde la rubia seguía acostada, la sabana apenas le cubría la parte inferior del cuerpo. Para Lena ver a Kara ya más con confianza hacia su persona era un paso más a su relación, antes se moría de vergüenza, pero ahora era distinto.

— Pensativa más bien. — Comentó para sí misma volviendo su mirada a la hoja en blanco.

Kara sonrió tiernamente comenzando a moverse, se levantó de la cama en dirección a la vampiro, al estar cerca le dio un beso en la mejilla dejándola algo desconcertada.

— ¿Quieres dar un paseo conmigo?

— ¿Paseo matutino?

— Sí, así aprovecho de visitar un local al que iba cuando estudiaba.

Lena esperaba que el paseo se centrara en la gastronomía de la ciudad, pasando de local en local para comer cuanto pudiera. Al menos se hacia esa idea, pues teniendo en cuenta la edad de su esposa, lo que deseaba hacer mientras estudiaba antes de convertirse en líder y sus gustos culinarios, fue de pensarlo.

Estuvieron vestidas de manera cotidiana, para Lena un vestido largo azul marino sencillo con un cinturón de cuero rodeándole la cintura fue suficiente, claro que regularmente usaba zapatillas cómodas sin tacón y guantes de seda finos que hacían juego con el vestido hasta lo largo del medio brazo. Tomó la poción que aseguraba más resistencia al sol para no tener dolores de cabeza, o desprendimiento de piel durante el paseo fue la mejor opción.

Mientras tanto, Kara, era más cotidiana de lo que pudo pensar. Dejando a un lado la capa de líder, se veía bien con la camisa blanca de manga larga junto con el chaleco café, pantalones un tanto ajustados y botas. Si no fuera reconocida como la cachorro que conquistó Daxam entonces se podría hacer pasar por cualquier campesino con digno trabajo.

Lazos de Sangre [Supercorp]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora