Día 3
Apenas el sol saliera avanzarían más.
Están cerca del siguiente pueblo, cerca del castillo que han visto los exploradores. Por alguna razón, Kara no pudo dormir. En pocas ocasiones ha sido testigo de las tres horas que su esposa descansaba. Los ojos cerrados ocultando sus hermosas esmeraldas, parecía tener una respiración tranquila, sabía que para ello debió alimentarse hace poco.
Calculando, puede que ni siquiera el amanecer esté cerca. Sus ojos no están siendo aliados en ese momento, no sentía pesados sus parpados y comenzaba a frustrarle. Astrid seguía sin dar señales de vida, es como si la hubiera abandonado. Ni siquiera Rao ha respondido a sus plegarias.
¿Qué está pasando?
¿Qué está pasando como para que su dios no respondiera a ella en busca de respuestas para ayudar a los Khuzait? Sabía que no era un dios benevolente a otros, mucho menos a los humanos, pero quería tener consejos, ser guiada de lo que podría ser lo correcto.
Se puso de pie de las mantas tratando de que Lena no la sintiera levantarse. La tienda seguía iluminada por el farol de aceite colocado sobre una pequeña mesa de madera en la esquina. Al igual que la anterior noche, hace calor. A Lena no le parecía importarle mucho, está desnuda sobre las mantas sin una sola gota de sudor en el cuerpo, mientras que ella podía sentir las gotas deslizándose por todas partes.
Tomó los calzoncillos colocándoselos. Es de noche. Todos están dormidos, excepto quienes hacian guardia alrededor de la zona. Además de la ropa interior, tomó la camisa más fina que puede encontrar en sus sacos de ropa.
Y así salió de la tienda.
Como era de esperar, las tiendas desplegadas alrededor solo son usadas por los lideres. La mayoría habían debatido si hacer más tiendas, pero ¿Con qué finalidad? El calor es insoportable, sus hombres y mujeres habían decidido casi dormir desnudos, si bien podía ver a la mayoría desnudos.
Genial, ahora tendré que verlos así sin que sea hora del baño, pensó levantando la vista queriendo ignorar a las personas desnudas.
Habían caminado unos cuantos kilómetros más desde el pueblo. El hombre le había dicho a Lena el nombre; Danara. Un pueblo que se dedicaba a la ganadería y a los animales de carga como las mulas y los caballos. Lo único que se llevaron fueron los animales de carga, seguramente para espantarlos y dejarlos libres lejos del pueblo.
Parece que su hermana cumplió con su palabra. Se acercó a la tienda donde tenían a los humanos. Las cortinas abiertas de la tienda dejando ver al hombre en la pura entrada sentado. No llevaba una camisa encima por lo que podía ver el cuerpo desnutrido del pobre humano, probablemente les dio las sobras a sus hijos, él dejándose para al último. Es lo que un padre y madre hace por sus cachorros en días de escases.
Los guardias alrededor de la tienda parecían más atento que los demás. Manteniendo la mirada fija en el humano.
Kara sentía grandes deseos de poder comunicarse con él, cuestionar por qué han abandonado a Maferath. El humano levantó la vista cuando escuchó sus pasos cerca, por un momento pareció verse en pánico hasta que la reconoció, entonces pudo abandonar la posición rígida. Poseía ojos rasgados, no tan pequeños como el cadáver que vio en la tienda de Regina. Puede que aparente la misma edad que el príncipe Lek, tenía poca barba y su rostro no se veía pasado de años.
—Intrigante, ¿No?
Kara giró la cabeza hacía la voz. Un joven saliendo de la parte trasera de la tienda sosteniendo celosamente un libro en manos.
—Disculpe mi informalidad, líder Danvers, —Sonrió con pena. —soy Craig Raven, —Hiso una leve reverencia agachando la cabeza a su dirección. — soy de Pravend, al sur de Kriptón.
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Lazos de Sangre [Supercorp]
FanfictionAU. Kara se ve obligada en la necesidad de contraer matrimonio con una reina que posee en sus manos el poder todo un ejercito de vampiros.