Capítulo 13

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Se aburría.

Después de que Lena se recuperara, fue invitada a presenciar de primera mano como se llevaba a cabo el ritual de Nocturnal en los hijos del rey Godun, por supuesto, no la dejaron acompañarla. Era muy sagrado. Y debían respetarse las reglas al pie de la letra.

Cullen saldría del castillo Aster siendo uno más de los hijos de Godun, el último transformado. Sólo eran necesarias la presencia de un sacerdote del templo de Nocturnal, los tres hermanos mayores; Osven, Viggo y Sigurd, el propio rey y, si se presentaba la oportunidad, la mismísima adalid de la Diosa de las Sombras.

Bufó llevándose el último trozo de carne a la boca. No había señales de su hermana, ni de Samantha, las crías andaban por su cuenta por el palacio siempre y cuando fueran vigiladas por los guardias de cerca. Se la pasaban en los salones de juego de niños en desarrollo, había padres dentro del palacio que mantenían a sus hijos ahí mientras hacían su trabajo. Una generosidad por parte del rey a sus empleados, llegó a escuchar que jugaba con los pequeños algunas veces y, ¿Por qué no? Debes de escuchar la trágica historia de su vida era más que entendible el aprecio de cada niño e hijo.

Los últimos preparativos para la boda terminarían ese día para llevarse a cabo el día siguiente. Y no veía tampoco a su madre ni a Lek por ningún lado. Gente que se movía de un lado a otro con ramos de flores, listones de colores y manteles, pero no de su madre.

Y temía lo peor.

Estaban en un territorio diferente donde la gente aún no la aceptaba por su ascendencia. Los posibles ataques de rebeldes e incluso humanos podrían ser impredecibles.

Se dirigió a los aposentos de su madre en el quinto piso. Los pasillos estaban solitarios, pocos guardias en cada esquina. La doble puerta de madera se encontraba frente a ella, madera importada. Tocó un par de veces no recibiendo respuesta, no lo pensó, abrió una de las puertas asomándose.

La habitación se encontraba en silencio. Y sola. La cama hecha, sólo el guardarropa donde podía ver los vestidos de su madre se encontraba abierto.

¿Acaso era el día de desaparecer?

Fue a la habitación de su hermana, no había bajado a comer. Sin embargo, la habitación que compartía con Samantha se encontraba también vacía. Todo hecho, nada tirado al suelo o, "quejidos" raros proviniendo del cuarto de baño.

No había nadie y lo último que quería era estar sola. Llegaban al palacio nobles que, a primera vista, la criticaban con la mirada. No como cuando fue la fiesta de bienvenida, las cosas parecieron calmarse, pero algunos vampiros seguían con sus ideales de odio.

Skyhold era un lugar en el que pensar. No dudó si quiera en ir un momento al enorme castillo que se alzaba sobre la roca en medio del océano.

Ese día apenas copos de nieve caían del cielo, un cielo despejado muy hermoso, ¿Así era en la vida de Nocturnal? ¿Disfrutaba sin temer a quemarse por el intenso sol? Sólo ese extraño clima se daba en la isla, más no en los demás territorios para otros vampiros, sería agradable que sucediera al menos en el territorio de su esposa donde el clima también era intensamente frío y casi nunca había sol.

El puente que había hecho Caitlin de hielo era perfecto para cruzar y después escalar, por supuesto, Kara debía utilizar su forma bestial. Aquel enorme licántropo especial de guerra, el sonido de las placas metálicas que hacía al moverse podrían asustar a cualquiera, las garras de las patas delanteras cubiertas también como si de guanteletes se tratara. Apenas podía controlarlo, sólo pequeños minutos antes de su vista comenzara a nublarse. Un poder tan grande de Astrid que aún no controlaba.

Lazos de Sangre [Supercorp]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora