Capítulo 2. Tal vez el destino...

2.7K 151 4
                                    

Carlos' POV:

Después de una gran primera temporada en Ferrari decidí que era buena idea tomarme unas pequeñas vacaciones en un lugar nuevo. Había ido a México algunas veces por los GPs que se organizan ahí pero nunca había tenido la oportunidad de conocer realmente el país, así que planeé unas vacaciones con mi familia, como hace mucho no lo hacíamos, sólo mis padres, mis hermanas y yo.

Honestamente el lugar superó mis expectativas y ni que decir de la gente, todos eran demasiado amables y atentos todo el tiempo. Quería tener unas vacaciones de lo más tranquilas, pero a donde quiera que fuera siempre había alguien que me pedía una foto o un autógrafo, a lo que claramente no me negaba porque la mayoría de los fanáticos eran bastante considerados e intentaban no interrumpir mis actividades.

Mi familia y yo lo pasamos bastante bien, algunos días mi padre y yo nos íbamos a jugar golf, mis hermanas y mi madre se adelantaban al SPA para después nosotros alcanzarlas. La comida es deliciosa, aunque nunca entenderé porque le ponen picante a todo, hasta a los dulces.

Una noche decidimos ir a un restaurante cerca de la playa que nos habían recomendado mucho por el ambiente que se hacía. Fue ahí donde vi llegar a dos mujeres a la mesa junto a nosotros, parecían llevarse muy bien y hablaban español, cosa que se podría decir que es raro escuchar por aquí porque la mayoría de los turistas son extranjeros. Si les soy sincero, una de ellas atrapó mi atención desde que la vi llegar, mala suerte que escogió el asiento que me daba la espalda, pero eso no me impidió para observarla casi toda la noche de la manera más discreta que pude, aunque su amiga se dio cuenta de esto a ella no pareció importarle mucho.

Me levanté al sanitario y de regreso a la mesa, ellas ya se miraban un poco ebrias mientras cantaban canciones con el mariachi que no sé de donde salió, ¿cuánto tiempo me he tardado en el baño?, me pregunté. Sin duda alguna fueron el centro de atención de todos los que estábamos ahí, se veía que estaban disfrutando, aunque la que me llamaba la atención se veía un poco más apenada por la situación en general.

- Esas chicas si que saben divertirse - dijo mi padre, sacándome de mis pensamientos.

- Por la forma que toman el tequila como agua y el tipo de canciones, podría apostar que son mexicanas - comentó mi madre con una sonrisa, como si estuviera orgullosa de ellas. Yo sólo me dispuse a observar el espectáculo.

La noche continuó su rumbo y mi familia decidió retirarse antes que las chicas terminaran con su fiesta, una parte de mi quería quedarse a ver si podía conseguir el nombre o algo más de "mi chica misteriosa" pero otra parte de mi sentía que era una pérdida de tiempo, así que decidí retirarme con ellos a las habitaciones porque al día siguiente teníamos algunas actividades planeadas y había que despertar temprano.

A la mañana siguiente me desperté bastante temprano para correr unos cuantos kilómetros antes de empezar el día y aproveché un poco mis contactos para conseguir algo de comer, así que los del hotel me ofrecieron un pequeño desayuno en un salón antes de salir a la playa. Pude observar como apenas comenzaba a salir el sol y decidí comenzar a trotar.

Normalmente me gusta escuchar música mientras hago ejercicio, pero esta vez quería concentrarme en mis pensamientos porque vaya que eran bastantes. La temporada de F1 había sido bastante buena, pero ¿qué tal que eso era lo más que podía ofrecer? Muchos pensamientos seguían llegando mientras mi frecuencia cardiaca aumentaba, hasta que paré en seco. Era ella, "mi chica misteriosa" estaba ahí sentada observando a la nada, ¿cómo ha podido despertarse tan temprano después de la fiesta que agarró ayer?, fue lo primero que pensé al verla tan tranquila admirando el amanecer. Me dudé bastante en acercarme porque no quería parecer que la seguía, pero tal vez el destino me regaló esta oportunidad y no pienso desaprovecharla.

- Disculpa, ¿podrías decirme que hora es? Es que he dejado el móvil en la recámara - dije tratando de parecer lo más amigable posible, a lo que vi que se sobresaltó - Perdona, no ha sido mi intención asustarte - le comenté verdaderamente apenado.

- No te preocupes, son las 7:43 - dijo mientras se quitaba los audífonos y se reía por el susto que le había causado.

- Gracias, es que mi reloj se ha quedado sin batería y tengo que regresar a cierta hora a la habitación - solo recibí una sonrisa como respuesta. - ¿Qué tal la resaca? - me arrepentí por un momento de haber dicho eso porque hizo una cara de confusión y después se sorprendió.

- No me digas que tú estabas en el restaurante ayer, por favor - dijo llevando sus manos a la cara.

- Si, mi familia y yo estábamos en la mesa de junto, gracias por el espectáculo.

- No me enorgullezco, pero qué bueno que al menos lo disfrutaron - dijo sin dejar de sonreír - ¿te quieres sentar? - dudé unos momentos antes de acceder, aún había tiempo para llegar a la habitación.

No les puedo explicar la química que había entre nosotros, era como si nos conociéramos de antes, aunque realmente éramos dos extraños tratando de conocerse lo más que se pudiera en poco tiempo.

- Y ¿a qué te dedicas? - la pregunta me heló, ella realmente parecía no tener idea de quien era yo. Digo, no soy la Reina de Inglaterra, pero sé que soy conocido en todo el mundo. - Eh...- estaba pensando que responder cuando le llegó un mensaje al celular.

- Perdona, es Karen, mi amiga borracha de ayer que al parecer ya revivió - dijo mirando su celular - Creo que tengo que ir a ver si está bien - comentó mientras se ponía en pie y tomaba sus cosas. Yo me quedé ahí sentado. - Fue un gusto conocerte...- hizo una pausa.

- Carlos, sólo Carlos - le extendí la mano - el gusto fue mío...-

- Marian - respondió dándome un apretón en la mano para darme una última sonrisa y girarse para tomar su camino en la playa.

Me quedé sentado viendo el mar ir y venir hasta que sentí que el sol ya me estaba quemando, fue ahí cuando me di cuenta de que seguramente ya era bastante tarde para las actividades familiares. Corrí a la habitación donde ya no había nadie mas que una nota: 'estamos en el restaurante del hotel desayunando, no tardes'. Me bañé lo más rápido que pude y alcancé a mi familia para el desayuno.

No podía dejar de pensar en Marian, se notaba que era una persona bastante genuina, no intentaba aparentar u ocultar nada. Lo que más me gustó fue que verdaderamente se interesó en mi y no en la fama o dinero que me rodea porque realmente no sabe quien soy. ¿Cómo haré para contactarla? Hay miles de Marian's en Instagram, Facebook y Twitter. Ni su apellido sé, pensaba mientras íbamos en el transporte hacia un cenote. Fue ahí cuando noté que una de mis hermanas veía las historias que había subido la noche anterior en el restaurante y pensé en revisar la cuenta del restaurante para ver si de casualidad Marian había subido algo que ellos pudieran repostear.

¿Acaso el destino seguía dándome señales? Ahí estaba una historia donde salía su amiga Karen cantando a todo pulmón con el mariachi de un usuario muy extraño "@bcbwaldorf". Nunca podría haberla encontrado, pensé mientras me metía a revisar su perfil. No tenía muchas fotos, sólo algunas historias destacadas de la universidad, sus amigos y algunos viajes. Me la dudé mucho en seguirla porque esto significaría que sabría quien soy en realidad y tal vez ya no sería lo mismo.

Seguí pensando en qué hacer mientras llegábamos a nuestro destino, afortunadamente recordé que tenía una cuenta de respaldo por si alguna vez me llegaban a hackear mi cuenta. Ahí tenía alguna que otra foto de coches o de mi familia, así que no parecía tan sospechoso. La comencé a seguir y dejé el teléfono en un casillero para poder sumergirme en las bellas aguas del cenote mexicano.

Cuando te encontré...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora