Capítulo 6. Inconcebible

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Marian's POV

Trataba de mantenerme ocupada todo el tiempo para dejar de pensar en Carlos y el hecho de que tal vez tenga a alguien más. Siendo sincera, no me sorprende del todo, ¿saben? Él es un sueño, es muy guapo, tiene un cuerpo increíble y es una persona bastante agradable, ¿quién no querría estar con él?

Ay no, otra vez estoy pensando en él, concéntrate Marian, concéntrate, me trataba de convencer a mí misma.

No les voy a negar que algo cambió en mi ese día, ya no me sentía tan segura o tranquila hablando con él y realmente sin quererlo dejé de contestarle tan seguido, me volví un poco más cortante. Él lo notó.

Karen había llegado a mi casa a invitarme a una fiesta y la verdad es que me pareció el mejor plan, era sábado por la noche y no quería estar en casa sobrepensando y mucho menos hablar con Carlos por el momento

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Karen había llegado a mi casa a invitarme a una fiesta y la verdad es que me pareció el mejor plan, era sábado por la noche y no quería estar en casa sobrepensando y mucho menos hablar con Carlos por el momento. Nos arreglamos y salimos para la fiesta que era de unos conocidos que teníamos, así que rápido entré en confianza y empecé a beber.

– ¡SHOT! ¡SHOT! ¡SHOT! ¡SHOT! – gritaba la multitud enloquecida, según yo.

No les miento cuando les digo que me bebí hasta el agua de los floreros, creo que entre que estaba un poco triste y hace mucho no salía así con mis amigos terminé con bastantes lagunas mentales. Afortunadamente había pedido permiso para quedarme fuera de casa, así que al despertar no tenía ni la menor idea de dónde me encontraba.

Bajé a la cocina, ahí estaban mis amigos desayunando y viendo la tele.

– Buenos días Bella Durmienteeeee – me dijo Jorge al verme por la escalera.

– Oye pero no tienes porqué gritar – le dije mientras me agarraba la cabeza, casi había olvidado lo que es una resaca de este calibre – ¿alguien ha visto mi celular? – dije mientras me sentaba en una de las sillas del comedor.

– Aquí está, guapa, lo dejaste en el baño anoche, por suerte lo encontré – me dijo Jorge mientras me lo extendía.

Lo tomé y hasta desperté al ver los mensajes que tenía de Carlos.

Si les soy sincera, no tenía ni cabeza para contestarle, sólo rodé los ojos, bloqueé el celular y fui a prepararme de desyunar

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Si les soy sincera, no tenía ni cabeza para contestarle, sólo rodé los ojos, bloqueé el celular y fui a prepararme de desyunar.

– ¿Dónde está Karen? – grité desde la cocina.

– Arriba – subí a despertar a la loca.

– ARRIBA, ARRIBA, YA ES TARDE, ARRIBA SOLECITO – entré gritando a la recámara.

– Dices una palabra más y te asesino – me dijo mi mejor amiga tapándose la cabeza con la almohada. Me senté junto a ella.

– Vamos tonta, ya está el desayuno casi listo

– ¿Hot cakes? – me tiró una mirada tierna.

– Obvio – me levanté de la cama.

– Oye, ¿por qué no me habías contado lo de Carlos? – me dijo Karen quitándose las sábanas de encima.

– ¿Qué de Carlos? – la miré extrañada.

– Lo que le contaste ayer a todos y cada uno de los que estábamos en la fiesta – la miré aún más extrañada – lo de que tiene novia allá en España – abrí los ojos como platos.

– ¿Yo dije eso? Pero si ni si quiera estoy segura de que es cierto

– Bueno pero cuéntame bien qué pasó, después de 7 shots ya no sabía ni en que idioma hablabas

Le conté a mi amiga lo que había pasado ese día en la llamada

– Ay pero si de verdad eres tonta, ¿cómo crees que va a decir tu nombre si la que entró fue su novia? – me dio un zape. No le veía fallas a su lógica. – contéstale los mensajes tonta, ¿no ves que de verdad le gustas? – la verdad si me sentía mal de haberlo así.

 – contéstale los mensajes tonta, ¿no ves que de verdad le gustas? – la verdad si me sentía mal de haberlo así

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Me dejó en visto al instante, así que cerré rápido la conversación y bajamos a desayunar. Sólo quedábamos Karen y yo en la cocina, los demás estaban en la sala gritando.

– ¿Qué ven y qué habíamos dicho de gritar tanto? – nos acercamos.

– La fórmula 1 , shhh – dijo uno de los chicos de los cuales realmente no recordaba el nombre.

Karen se sentó encima de mi porque ya no había lugar en los sillones

– VAMOS CHECHO, VAMOS, POR ADENTRO – le gritaba Jorge a la pantalla.

– VENGA LEWIS, ESTA CARRERA ES TUYA – gritaba alguien más.

La verdad nunca había sido gran fan de ningún deporte, a veces veía el futbol para convivir un poco más con mi padre pero no sabía nada de jugadores o equipos. Me quedé mirando el celular en lo que acababa la carrera y mis amigos le seguían gritando a la pantalla.

– Que buena carrera, no pensé que Sainz conseguiría el podio – dijo el humano sin nombre levantándose del sillón.

– Desde que ese wey llegó a Ferrari no ha hecho más que sumar puntos, seguro le extenderán el contrato – dijo Jorge. Me dio curiosidad y levanté los ojos a la pantalla...

Cuando te encontré...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora