Capítulo 32. Bienvenida

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Carlos' POV

Me encontraba estacionando el auto en casa de mis padres con mi novia como copiloto, sabía que todos estaban adentro emocionados por la llegada de Marian, la recordaban por ese día que la conocí en el restaurante. 

Viendo hacia atrás en el tiempo, siento que ha pasado mucho desde esa noche en México, me parecía algo increíble que esa mujer que llamó mi atención desde el primer momento esté ahora conmigo y sea mi compañera de aventuras en este momento de mi vida.

- ¿Lista? - dije antes de bajar del coche, miré como tomó aire y asintió con la cabeza

Abrí la puerta de la casa con una mano para sostenerla a ella con la otra, como siempre se encontraba admirando todo discretamente. Escuché ruido en la cocina así que hacía allá nos dirigimos.

- Mira que por fin han llegado - mi madre es la persona más acogedora así que nos recibió con los brazos abiertos

- Es que nos entretuvimos en unas cosas - mencioné para molestar a Mar y lo logré porque me empujó levemente

- Tú debes ser Marian - mi madre la abrazó - Eres aún más bella en persona. Que gusto conocerte por fin, mi Carlitos no ha parado de hablar sobre ti desde que te conoció

- El placer es mío señora - mi novia se veía tímida, como si no rompiera ni un plato

- No me digas señora, dime Reyes por favor, así me siento menos vieja

- Madre por Dios, tú nunca serás vieja - me recargué sobre la besa

- Ojalá así fuera - rió - Ven aquí cariño, te extrañé - apretó una de mis mejillas, Marian sonrió al ver el gesto - Vamos a afuera, todos los demás están allá

Salimos al patio trasero y ahí se encontraba mi padre con mis hermanas y sus respectivas parejas.

- Hijo - mi padre se levantó de la mesa - Pasen, pasen - me abrazó - Un placer tenerte aquí, siéntete como en casa, por favor - se dirigió a mi novia

- Ese vestido te queda divino, quien lo haya escogido tiene un buen gusto - mi hermana menor se acercó a nosotros - Bienvenida a la familia, Mar - se abrazaron

- Concuerdo con Ana, te ves preciosa - la hermana más grande añadió 

- Amor, ellas son Ana y Blanca, mis hermanas y cómplices de toda la vida - todos rieron

- Carlos me ha hablado mucho de todos ustedes, ya quería conocerlos en persona - mi novia habló tímida 

Siendo sincero, creo que nunca me había sentido tan completo en todos los sentidos de mi vida. Estar con mi familia siempre me llena de energía, la temporada no está yendo nada mal y apenas está comenzando, estoy completamente enamorado y feliz con mi Mar. No podría pedirle nada más a la vida.

Pasamos toda la tarde contando anécdotas familiares, parecía que todos se habían puesto de acuerdo para contar cosas vergonzosas que había hecho cuando era pequeño, mi madre hasta sacó un álbum de fotos para que mi novia las viera. La verdad es que estábamos pasando una tarde increíble que rogaba porque fuera eterna.

- Ya hemos hablado mucho sobre nosotros - dijo mi padre - Cuéntanos sobre ti Marian, ¿Cómo han tomado tus padres eso de que vinieras a otro continente con Carlos? - la sonrisa de Mar desapareció al instante 

- Amm... - rió nerviosa - Pues...

- Sus padres están felices de que Mar cumpla sus sueños - interrumpí y todos entendieron que no era un tema con el que nos sentíamos cómodos, mi novia me agradeció con una sonrisa

(...)

La noche comenzó a caer sobre nosotros así que se acercaba el momento de retirarnos, Mar ayudaba a mi madre con algunas cosas en la cocina así que entré a buscarla y me encontré con una escena que hizo que mi corazón por alguna razón se acelerara. 

Mi madre tenía a mi novia en sus brazos y parecía que Marian sollozaba un poco, intenté no hacer ruido pero ambas se dieron cuenta de mi presencia así que se soltaron. Mar se limpió las lágrimas que se asomaban por sus pequeños ojos y me sonrió de una manera en la que nunca lo había hecho.

- ¿Puedo saber qué ha pasado? - pregunté algo consternado

- No - ambas dijeron al mismo tiempo para después reír 

- Bueno - solté aire - Creo que es momento de irnos - mi novia asintió y procedió a despedirse de mamá

- Gracias en verdad, Reyes - tomaron sus manos 

- No agradezcas nada, mi niña - limpió una lágrima que corría por la mejilla de Mar - Ahora eres parte de esta familia - se abrazaron de nuevo

Decidí no preguntar más, aunque claramente no estaba tranquilo. Salimos de la residencia para ir a la casa de Mar, bueno, saben a que lugar me refiero.

- No me dirás de que hablaron mi madre y tú, ¿verdad? - insistí mientras manejaba

- No - rió - Sólo te diré que me dijo algo que necesitaba escuchar - sabía que no iba a sacar más información de ninguna de las dos mujeres así que me di por vencido

Llegando a casa, le propuse a Mar salir al jardín a tirarnos a mirar las estrellas, un plan bastante simple pero romántico. Estábamos tendidos sobre una manta hablando del todo y la nada, preguntándonos cosas sobre el universo que probablemente nunca entenderíamos.

- Voy a quedarme - soltó mi novia 

- ¿Cómo? - no entendía específicamente a que se refería

- Voy a quedarme aquí, en la casa y podemos ver lo de la universidad en estos días - Mar miraba al cielo, no se atrevía a verme a mi

- ¿Segura? No tienes que responder nada ahora - me giré hacia ella - En unas semanas es el GP de Miami, pensaba que podríamos ir a México a ver a tus padres y hablar con ellos al respecto de todo esto 

- Tu madre me ha ayudado a entender muchas cosas, es una decisión mía - suspiró - Aunque claro que quiero verlos y contarles todo esto pero - hizo una pausa - La decisión está tomada - giró hacia mi y quedamos frente a frente - Carlos, eres mi presente y no sabemos cuánto va a durar lo nuestro, por eso quiero aprovechar todo el tiempo que estemos juntos - tenía razón, desde un principio ambos estábamos conscientes de que hay posibilidades de que esto no sea para siempre pero mi corazón deseaba que si

- Te amo - dejé un beso en sus labios - Sabes que tienes mi apoyo incondicional siempre 

- Lo sé, mi amor. Gracias por esto - se acurrucó en mi pecho

Dúrame toda la vida, pensé.


"Daré todo de mí para no fallarte, ni lastimarte, porque sé lo que es salir herido, decepcionado y sin ganas de volver a enamorarte, si esto termina un día que sea porque ya no sentimos lo de ahora, que sea porque en algún punto nuestros caminos debían tomar un rumbo distinto, que sea por cuestiones del destino, pero no por habernos lastimado ni por habernos convertido en enemigo." - Andrés Ixtepan

Cuando te encontré...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora