Perfecto Desorden [PERFECTOS 2]

SIETE

Canción en multimedia—Infinity de James Young

NIKOLAY

Al haber dejado a Meridia para que hable con Enzo me hace dar cuenta de que esa plática puede terminar en varias opciones.

Una es que lo mate. Otra que lo escuche y tenga la decisión de no perdonar. Y una a la que estoy convencido que es lo más probable, lo perdonará y ese hombre coqueto la va a besar.

Ya habían pasado dos días en los que eso sucedió solo que el día de ayer no pude ver a nadie porque realmente quería descansar así que dormí todo el día y ya era ocho de junio, que si bien recuerdo, el 16 de este mes es el cumpleaños de Enzo.

Todavía recuerdo cómo Meridia quiso  hacer algo especial para Enzo el año pasado aún cuando él no había vuelto, al final no lo hizo pero se notaba que estaba emocionada y eso no podía ocultarlo.

—¿Puedo pasar?—pregunta en la puerta Amon y antes de poder responder ya ha entrado a la habitación—, te tengo noticias.

—¿Noticias o son chismes?

—Un poco de ambos.

—Claro, no tengo nada mejor que hacer, aunque en realidad iba a ver a Meridia, debemos ir a varios lugares y salir más para que todos si vean que la noticia es real y que nos casaremos... Es agotador.

—La verdad no quisiera ser tú ni en un millón de años.

Pongo los ojos en blanco por su comentario y se sienta en mi cama haciendo que haga lo mismo ya que me estaba poniendo un saco.

—Este Ezekial me dijo que justamente hace dos días en lo que pasó después de la junta sobre el asunto de Beatrice, vio a Meridia a punto de recibir los dedos de Enzo en el interior de su hermana—abro los ojos como platos por esa información, sabía que pasaría algo entre ambos pero realmente no esperaba que llegara hasta  eso.

Es bueno, pero espero que Meridia sepa lo que hace. La apoyaré claramente si me dice que quiere acabar con todo esto del matrimonio.

—¿Cómo lo tomó Ezekial?

—Pues no creo que sea divertido ver cómo le temen los dedos a tu hermana—dice divertido y en eso la puerta es tocada y abierta dejando mostrar a la reina de Italia—, oh prima, justo hablábamos de ti.

Ella alza una ceja y niega—. ¿Cosas malas o buenas?

—¿Has hecho algo malo castaña?