Perfecto Desorden [PERFECTOS 2]

DIECISÉIS

Canción en multimedia—Feel so Close de Calvin Harris

MERIDIA

Sentir que estás fallando es el peor sentimiento que alguien puede tener, todos me han dicho que no es mi culpa y que ese ataque fue de una cobarde porque los atacaron cuando no estaban en condiciones, los atacaron cuando no estaban del todo capaces de hacer algo.

Mataron aquellos guardias con sueños y valentía.

Por ahora tengo a nuevos guardias que de un nuevo grupo, todos ellos también lamentan la muerte de sus compañeros, me duele no poder dar con Beatrice, ya se está llevando más vidas.

—¡Alguien me puede dar algo por el amor de dios!—exclamo callando todo el revoltijo que se traían los guardias de la sabiduría con los guardias que son de mente abierta.

O sea, los guardias jóvenes y los que son ya unos casi ancianos.

—No hay pistas de Beatrice—dice uno de ellos y asiento.

—Fuera.

Salen sin rechistar y me siento en la silla viendo cómo David y Monroy se mantienen con la vista en el suelo y suspiro con pesadez sabiendo exactamente la razón.

—Salgan también ustedes, necesito estar sola—obedecen sin rechistar, el único que se queda es Luca.

Él le da un beso en los labios a Dylan quien le sonríe levemente. Ya habían pasado tres días desde la muerte de sus amigos, tres días y estoy al colapso de esta situación abrumadora.

—Debes tranquilizarte, si, perdiste a más personas pero ahora debes estar consciente y con la guardia alta para no perder a más personas.

—Eso estoy haciendo, las vigilancias nocturnas serán de gran ayuda, sólo espero que no haga más... Ella está haciendo un desastre y según quiere ser Reina, ella no se merece está corona.

—¿Tú sí?

Asiento lentamente.

—Más que ella sí, debemos irnos, hoy se hará el nombramiento de mis hermanos como los nuevos jefes se las mafias.

Él asiente y ambos salimos de la sala.

Él va con Dylan el que ahora parece ser su novio y yo voy con Enzo, el cual ha estado igual o incluso peor que yo en la búsqueda de Beatrice y sus cómplices.

—¡Meridia!—grita Sander deteniendo mis pasos y suspiro antes de voltear hacia él—, ha sucedido algo.

—¿Ahora qué?