Rhett Miller
A mi hermano le han castigado y yo llevo dos suspensos en Economía.
Mi madre estará contentísima cuando llegue a casa con sus dos hijos adolescentes. A estas alturas estoy casi segura de que Elliot es su favorito y el que más parte de la herencia se llevará.
A veces siento que la estoy decepcionando, que haga lo que haga, nada va a estar a la altura de sus expectativas. A mi madre el mundo la ha vencido muchas veces, pero jamás ha dejado que la derrotara. Es dueña de una fortaleza que superó las creencias de todos a su alrededor, sobre todo de los que no daban nada por ella. Y aún habiendo conocido a personas que le han hecho mucho daño conscientemente, sigue sonriendo, se levanta cuando cae y nunca deja de ser lo increíble que es como mujer y como madre. Ella nos ha enseñado que cuando quieres algo tienes que ir a por ello y esforzarte para conseguirlo sin hacer daño a nadie y que vale la pena luchar por lo que eres. No me importa la opinión de nadie menos la suya.
Pero ha criado a un hijo al que el mundo lo supera, que no sabe sonreír ante cualquier adversidad y que siente que no tiene más fuerzas para seguir luchando. Estoy muy cansado mentalmente desde que todo cambió en casa y tengo que encargarme de mis dos hermanos pequeños, cada uno con sus problemas y su vida externa a la familia, además de lidiar conmigo mismo, mi vida social y las clases. Es agotador.
Suelto un suspiro mientras me reclino sobre la ventana de los baños de chicos del tercer piso. Le doy una calada al cigarrillo entre mis dedos y expulso el humo, observando el día gris que se cierne sobre uno de los patios del instituto. El frío del otoño muerde mi piel expuesta (si no quiero tener que dar explicaciones, debo quitarme la sudadera para que no se me quede el olor del humo en la ropa), aunque no le hago ningún caso.
Debería estar en Matemáticas, pero acabo de estar en el despacho de los directores junto a Oscar y al chico que ha estado burlándose de él por haber tenido un ataque de ansiedad. No estábamos ahí por esa razón, sino porque a mi hermano se le han hinchado las narices por los comentarios y le ha pegado un puñetazo a la hora de la comida, desencadenando una pelea en medio de la cafetería. Me alivia pensar que estaba allí para pararla. No sé qué habría pasado si yo no hubiera estado. Ahora tanto mi hermano como ese chico están castigados y deben quedarse en el instituto la mayoría de las tardes para ordenar uno de los cuartos llenos de trastos del sótano.
Que Oscar no esté en casa por la tarde es una putada ahora que tengo que quedar con Olivia para hacer el trabajo, porque no puede quedarse con Elliot y tendremos que ir a mi casa. Y no me gusta que gente que no conozco venga a mi casa y más que conozca a mi hermano. Elliot se encariña muy rápido de las personas y no quiero que pregunte por ella cuando, una vez acabado el trabajo, deje de venir (porque sé que a Elliot le caería bien Olivia, a todo el mundo le cae bien Olivia).
Tras pensar en ella, no puedo evitar fijarme en el color que va tiñendo las hojas de los árboles de fuera y no pensar en el marrón otoñal de su mirada, el que trata de esconder sus secretos dentro de ellos, que casi se escapan por los bordes en un verde claro y apagado. La realidad es que Olivia rompe con cada cosa que creía saber de ella y estoy seguro de que me queda muchísimo por descubrir. Es tan amable y encantadora como todos dicen (al nivel de literalmente una princesa), pero también tiene una inteligencia mucho más intrigante que saber memorizar varios temas enteros para un examen. Cada vez me genera más interés y ahora entiendo por qué todo el mundo tiene algo bueno que decir sobre ella.
Sin embargo, aquí estoy yo. Solo. Perdido. Todavía sintiendo el rastro del tabaco en la boca y atormentado por cosas que hoy en día siguen viniéndoseme a la mente de vez en cuando. Cosas que duelen y de las que dejan una herida profunda. Podría tirar la toalla y rendirme ante el destino, ¿qué perdería? Absolutamente nada. Probablemente nadie se diese cuenta: ni Jason ni Luiz, ni Sean ni Willow, ni siquiera mis hermanos o Matthew o Nora. Pero ¿de verdad quiero rendirme?
![](https://img.wattpad.com/cover/225728940-288-k512930.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Hasta que se caiga el cielo
Teen FictionA lo largo de toda su vida, Olivia nunca ha dejado de fingir sin saber. A lo largo de toda su vida, Rhett nunca ha dejado de sentir sin saber. Ambos descubrirán que nada es lo que parece. Un proyecto sobre mitología griega y varios líos bastante enr...