LOS HIJOS DEL INFRAMUNDO

CAPÍTULO XXVII

Hola a tod@s, les vengo a dejar el cap que se suponía debía subir hace mas de un mes pero pues no se pudo por ciertos inconvenientes. Gracias por esperar, los quiero mucho. No olviden comentar y dejar su estrellita. Esto se va a poner intenso en los próximos caps. Así que disfruten 😉

THANATOS.

-Me parece increíble que mi padre te golpeara solo por tomarme de la mano- Dice Macaria con el enfado destilando su voz y me sorprende pues nunca la habia visto así.

-Cálmate amor- Pido mientras la observó desvestirse sin borrar de su rostro esa expresión de enfado.

-No puedo...me duele mucho verte así- Agrega con tristeza y me limito a sonreírle para hacerle saber que estoy bien.

Macaria se acuesta en la cama, justo a mi lado, sus perfectos pechos estrechándose contra el costado de mi cuerpo mientras su mano acaricia mi rostro.

La entiendo perfectamente pero también entiendo a Hades, tanto tiempo sumido en la soledad, tanto tiempo anhelando hijos y que su mejor amigo le quiera quitar a una de sus hijas no se le hace muy divertido, solo trata de protegerla, yo haría lo mismo además de que se siente traicionado, le prometí que esto nunca pasaría pero paso y no es fácil para él aceptarlo.

-¿Que sucede?- Pregunta Macaria mientras se incorpora.

-Nada. ¿Vamos a dormir ya o quieres hacer algo?- Pregunto y al ver que sus mejillas se tornan rojizas no tardo en ruborizarme pues no escogí las mejores palabras para darme a entender.

-Tu...¿tu quieres hacer...eso?- Interroga a penas en un murmullo nervioso lo que me hace tomar aire para poder calmarme.

-No...bueno si...no...- Hago una pausa y Macaria no tarda en verme a los ojos aumentando así mi incomodidad. -Solo si tu quieres.

-S...si.

La ayudo a ponerse sobre mi, sus senos apretándose contra mi pecho, sus suaves labios acariciando los míos y aunque duele gracias a los golpes que recibí, lo ignoro, porque no tengo mejor momento en el día que cuando estoy con ella y no dejare que mi dolor lo arruine. Mis manos no tardan en llegar a su cintura y con toda suavidad empiezo a acariciar su espalda, ella suelta un gemido que se pierde en mi boca y una punzada de dolor invade mi entrepierna, ella parece notarlo y se tensa ante eso.

-Tha...cariño- Corrige al darse cuenta de que no me agrada mucho que me llame por mi nombre en la intimidad, prefiero los apodos cariñosos. -¿Puedo...toca...tocarlo?.

Por unos minutos me quedo perplejo, no se exactamente a lo que se refiere hasta que noto el intenso rubor que se encuentra en sus mejillas por no decir en casi toda la cara. Ante lo que desea hacer no puedo evitar que una oleada de calor vuelva a lanzar una punzada de dolor a mi miembro que casi puede percibirse a través de la tela.

-Yo...si quieres hacerlo, creo que si- Balbuceo nervioso y ella vuelve a besarme.

Su tierna lengua explorando mi boca con cierta timidez y por un momento esta bien hasta que suelto un gemido al sentir como su mano tímida y temblorosa acaricia mi miembro por encima de la ropa.

-Lo siento...¿te dolió?- Interroga un poco asustada pero no tardo en tomar su rostro entre mis manos y repartir castos besos por sus mejillas.

-No, amor, estuvo increíble, gracias- Susurro con calma dejando de lado la lujuria y centrándome en que la hermosa princesa que esta sobre mi sea feliz.

-Cariño... ¿Quién podrá ser?- Pregunta para si misma mientras toma su celular. -Hola Meli.

Me quedo viéndola charlar con su hermana, memorizo cada una de sus expresiones y no puedo evitar sonreír cuando pone una expresión de confusión pero me alarmó al ver su cara de preocupación.