CAPÍTULO V

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THANATOS.

"En la vida solo hay dos cosas de las que los dioses nunca deberian carecer, el amor y el respeto. Por desgracia varios dioses han dejado eso de lado, el deseo de la carne es su nueva voluntad...no voy a mentir, también he estado a punto de caer en esa tentación pero mi voluntad es mas grande que eso. Para mi una relación debe tener como base el amor, un amor solido y sincero y claro que debería ser también apasionante...con el tiempo aprendí que el alimento del alma es la confianza, el respeto y un colchón...".

-¿Que haces?- Esa voz dulce y cargada de inocencia me golpea de tal forma que casi me sobresalto al oírla. Sonrió por un momento al ver a la portadora de esa voz.

-¿Que hace despierta a esta hora princesa Macaria?- Con toda la discreción del mundo guardo mi cuaderno de cuero en uno de los bolsillos internos de mi túnica.

-Son las seis de la mañana, es la hora normal para levantarse- Se apresura a decir al tiempo que se encoge de hombros.

-No para una princesa que debe dormir un poco mas- Una sonrisa se instala en su rostro mientras se sienta en el sofá.

-¿Sabes para que nos ha citado mi padre aquí?.

-No lo se pero seguro es para darnos una buena noticia.

Sinceramente me tomo por sorpresa que me citara a mi y a mi hermano de esta manera, por lo general no tenemos reuniones dos días seguidos pero él parace intranquilo, cuando me llamo a mitad de la noche se le escuchaba ansioso y agitado. La carta de Zeus le afecto mas de la cuenta y esta es la hora en que no me he enterado del contenido de está...¿acaso se trata de Zagreo?, ¿un nuevo delirio de traición de Zeus?.

-Buenos dias- Dice una adormilada Melinoe mientras suelta un pequeño bostezo al tiempo que se estira.

-Buenos días princesa Melinoe- Hago una ligera reverencia mientras ella se sienta junto a su hermana.

-Señor Thanatos, ¿sabe que esta ocurriendo?- Pregunta un tanto molesta pues no le gusta que la despierten tan temprano.

-Sinceramente...no.

-Buenos días a todos.

El señor del Inframundo entra llevando del brazo a su reina quien luce bellicima con un vestido negro de mangas largas pero ajustado al cuerpo, su corona flotando imponente sobre su cabeza mientras su cabello suelto se mueve con cada uno de sus movimientos delicados, sensuales y fluidos. El rey se sienta en la silla de su escritorio y la reina se queda de pie a su lado pero pronto él la toma de la cintura para sentarla en sus piernas haciendo que se sonroje y que sus hijas hagan muecas de asco ante las acciones de sus padres.

-¿Donde esta tu hermano?- El rey no parece contento ante la ausencia de Hypnos quien suele ser bastante puntual pero justo ahora se ha tomado la molestia de tomarse su tiempo.

-Vendrá pronto- Es lo único que puedo decir y Hades solo atina a observarme con enfado.

-No podemos esperarlo...

-No tiene que esperarme majestad.

Mi hermano cierra la puerta tras de si y veo como la pequeña Melinoe quien hasta este punto lucia cansada parace haber recobrado toda su energía y no es para menos pues mi hermano luce esplendido con su nueva túnica de plata con bordados en hilo de oro, un laso dorado la ajusta a su cintura resaltando su esbelta figura además de que la parte central de su pecho queda al descubierto dejando a la vista unos marcados pectorales, su largo cabello dorado y lacio, parte de este esta recogido en una coleta dejando el resto del cabello suelto, su rostro recién afeitado y sus facciones serias lo hacen el prototipo de dios que todas quieren tener pero no lo logran. Hypnos se ve mas serio de lo normal pero no parece querer comunicar lo que le disgusta, se limita a sentarse junto a mi quedando justo al frente de Melinoe quien parece estar a punto de desmayarse.

LOS HIJOS DEL INFRAMUNDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora