Hola, lamento si tarde, aquí les dejo el nuevo cap, espero les guste y no olviden comentar
ZAGREO.
Podría jurar que jamas me había sentido tan feliz como lo soy ahora. Alecto simplemente se encargo de llenar mis días de felicidad, no es muy romántica, tampoco es de las que suelen sonreír mucho pero cuando lo hace me alegra saber que soy yo quien le saca esas hermosas sonrisas y sonrojos, sé que ella esta algo incomoda pues jamas ha tenido ningún tipo de relación romántica por lo que voy lento para no asustarla, desde que me acepto hace unos días solo nos hemos besado tres veces que fue por iniciativa mía.
-Damita, ¿en que piensas?- La voz profunda de mi tío me hacen dar un sobresalto a lo que él se ríe burlón.
-Nada interesante...bueno, pienso en mi novia- Confieso y un ligero rubor se instala en mis mejillas.
-Asi que la pobre cayo en la trampa.
-No la estaba cazando tío- Digo con tono serio y él se limita a alzarse de hombros. -¿Cuando piensas encontrarte a una pareja?.
Mi tío casi sufre un infarto, su cuerpo estático por completo, no se mueve ni un milímetro al oír lo que acabo de decirle. Mi tío lleva bastante tiempo soltero y aunque no es el dios mas hermoso de todos tiene cierto encanto... No, no lo tiene, es tosco, brusco y dobla en tamaño a cualquiera a excepción de los titanes, se que amo a la tía Afrodita pero ella se fijo en el malicioso, juguetón, pícaro y galante Dios de la Guerra.
-¡No...no digas estupideces idiota!- Grita molesto para luego marcharse hacia su mesa en donde se encuentran varios planos.
Mi atención vuelve al libro que estoy leyendo sobre armas de los dioses. Quiero crear mi propia arma, una espada que cumpla con los estándares de cualquier dios, un arma que robe la mirada de todos, algo que me represente y que exija respeto. La guadaña del abuelo es una buena arma, tal vez se vea simple o no sea la típica espada pero fue lo suficientemente poderosa como para castrar al mismísimo Urano, por desgracia la guadaña esta en las manos del Dios de la Muerte. Si tenemos en cuenta que Gea le brindo aquel articulo a su hijo podría reducirse que la guadaña tiene algo mas que solo conformarse por granito...la crearon los Telquines asi que posiblemente la forjaran con sus propios métodos.
-Debería buscar a uno y preguntar directamente- Me digo pero lo descarto al recordar que son demasiado agresivos y que en cuestión de segundos pueden descuartizar a cualquier dios.
-¿Porque no le preguntas a tu novia?.
Pan me brinda una sonrisa y solo puedo verlo pensando en sus palabras, no tiene nada de malo si le pregunto a Alecto, ella lleva mas tiempo que mi padre en este mundo asi que debe saber algunas cosas como esta...pero tal vez se lo tome a mal y piense que solo la utilizo...definitivamente prefiero investigar por mi cuenta en otro lado, no quiero arruinar mi relación.
-No, mañana iré a visitar a mi viejo y preguntare.
-Como deseés. Ya es hora del descanso.
Sonrió al oír aquello pues es en estos cortos descansos que puedo ir a ver a mi hermosa novia. Me seco con una toalla para limpiar el sudor de mi frente y decido vestir una camisa negra de mangas largas y emprendo mi camino hacia el bosque.
Al llegar veo a mi hermosa novia de pie bajo la sombra de un árbol, sus alas extendiéndose para recibir un poco del viento que sopla en su dirección. Me acerco despacio y con cuidado rodeo su cintura entre mis brazos, ella se sobresalta pero al verme por encima del hombro suspira aliviada.
-Te ves preciosa- Susurro para luego dar un beso en su mejilla, apoyo mi mentón en su hombro y observo el panorama que hay frente a nosotros.
-Estas muy feliz- Dice con voz fría y cortante.
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LOS HIJOS DEL INFRAMUNDO
FantastikEn una historia anterior vimos florecer un amor puro y sincero, un amor que sobrepasó todo obstáculo impuesto, un amor que no fue perfecto y que siempre tuvo sus caídas pero pronto volvía a ponerse en pie. Ese amor era como un árbol. Un vistazo en u...