En el rincón más recóndito de un bar, dos personas pueden forjar el deseo, la furia, la traición y el amor. Aunque no sepan en que orden irán estos sentimientos, solo deben estar dispuestos a dejarlos salir, presagiando que la ley los ampare.
Artículo 1: No hay ley explícita que diga que con 5 años de relación la pareja está obligada a entregarle su virginidad a la contraparte.
Leah
Odiaba lo mucho que amaba mi carrera universitaria.
La semana se me hizo demasiado corta, y todo era culpa del papeleo final que visualizaba eso que llevaba evitando tanto tiempo.
La maldita práctica.
¡Wow que increíble! ¡Estoy ansiosa por trabajar sin remuneración por más de 6 meses!
Respiro. Todo irá bien. Solo soy una simple estudiante de derecho que está agotada psicológicamente por rodear mi vida a lo que me dedicaré en el futuro.
Solo necesito respirar.¿Y qué pasa si justo en tus prácticas te das cuenta de que en realidad no eres buena en esto?
No puedo pensar eso, no debo pensar eso.
No aguanto la espera al apartamento y abro el sobre que acabo de recibir en el auto. Sigo aparcada en el estacionamiento de la universidad. El nudo en la garganta se incrementa y ruego que alguno de esos profesores que me desprestigian por ser hija de abogados se haya ensañado conmigo y me haya mandado a hacer mis prácticas en el peor lugar de la ciudad.
El nombre que se vislumbra en el sobre me provoca un dolor en el estómago. Sé que es el mejor lugar del país, pero también sé que probablemente alguien lo merecía más que yo.
No mereces ese puesto, le robaste la cátedra a alguien que si lo merecía.
Mi mente me juega una mala pasada y decido esconder la carta en el compartimiento del auto.
La llamada de mi papá es un salvavidas, el sonido me saca de mis pensamientos, tomo una respiración honda y hablo con la voz más emocionada que tengo.
— Princesa, ¡Lo lograste! —dice con entusiasmo apenas contesto la llamada—. Mi amor, estoy muy, pero muy orgulloso de tí.
No sé por qué yo no lo estoy.
— ¿No tuviste nada que ver con esto? —pregunto, sintiendo miedo de su respuesta—.
— Claro que no, princesa. Jamás se me pasaría por la cabeza ocupar mis contactos, nucho menos contigo. Además, no fui parte de la comisión que te eligió.
— ¿Y quién me eligió? —digo con cierta duda. Sé que para mi papá es muy difícil ceder el control—.
— Thomas Hiddleston te eligió, Leah. De hecho, serás su pas—
Unas voces a lo lejos hacen que pierda la atención en la llamada. Lo oigo hablar con dos voces masculinas que supongo son parte de su equipo de trabajo.
— Leah, tengo muchísimo trabajo. Solo llamaba para felicitarte. Te amo demasiado y estoy muy orgulloso. —dice rápidamente—. Nos vemos mañana, cariño.
Apenas cuelgo la llamada un cúmulo de pensamientos vuelven a adjuntarse en mi mente. Siento felicidad, culpa, tristeza y rabia, cómo si todo se entrecruzara en mi mente.
Amo a mis padres, con todo mi corazón. Mark y Roxanne Banner forman parte de las personas por las que daría mi vida.
Cuando era pequeña anhelaba tener su vida perfecta. Soñaba con que un hombre me mirase como mi papá mira a mi madre. Que pudiésemos bailar juntos en cualquier lugar sin miedo al que dirán. Que con solo mirarlo a los ojos supiera todo lo que siente por mi.
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Que la ley nos ampare | Tom Hiddleston [LIBRO 1] ✓ (En Edición).
Fanfiction(Libro 1) Porque a veces es probable que el desconocido al que le entregaste tu virginidad, se termine convirtiendo en tu jefe. ¿Qué pasaría si una noche decides darle tu virginidad al primer extraño que encontraste en un bar recóndito de la ciudad...