24. Un papel llamado libertad.

662 71 58
                                    

Escuchen Car's  outside de James Arthur cuando estén llegando al final del capítulo. No se arrepentirán, escribí esa parte con esa canción de fondo. 

Dos semanas después

Artículo 24: Los problemas parentales del pasado no serán impedimento para unirte a la competencia.

Leah

— ¿Cómo les fue en su primera evaluación? – pregunta mi mamá al ver mi cara de horror ante las revisiones de la señorita Turner. – ¡Vieja maldita! – musita en español al dilucidar que casi todas las correcciones están con lápiz de color rojo.

— He revisado cinco veces las respuestas de las evaluaciones y aún no entiendo el por qué tienen las respuestas malas. A mi criterio esto está bien.

Le paso las evaluaciones para que comience a leer las respuestas y su cara me avisa de que está de acuerdo conmigo.

— Esto es personal. De cincuenta y cinco estudiantes, cincuenta están reprobados...

Me agarro la cabeza buscando una salida para ayudarlos. Ni aunque los evalúe bien en mi pregunta podrán salvar su nota. Son solo tres evaluaciones semestrales y estás prácticamente condenado si te va tan mal en una.

— ¿Qué puedo hacer mamá? – hablo en español para que nadie de los presentes nos entienda. – Acaba de arruinarlos y sin motivo alguno...

— Podrías decirles que manden su evaluación a re-corrección. Si lo hacen, Turner tendrá que dar motivos del por qué de su evaluación y si no quedan conformes, otro profesor podrá evaluarlos.

Tiene razón, esa puede ser una salida increíble. En el mejor de los casos le piden a mi mamá que corrija su evaluación.

— ¡No puedo creer que todavía le quede energía para cagarle la vida a más estudiantes!

— Oigan, ustedes dos. Hablen en inglés, estamos en Estados Unidos. – dice uno de los profesores que se encuentra en la sala de docentes.

La mirada acusatoria mía y de mi madre lo calla al instante.

— Donald, no dejes ver lo celoso que estás por solo poder hablar un idioma.

— Y el más fácil. – agrego.

— Mmm... Lo sé, yo también me sentiría muy celosa. No cualquiera habla un idioma tan superior y complejo como el español. – dice mi mamá en tono sarcástico.

— Tranquilo, podríamos enseñarte... Aunque dudo que tus neuronas puedan retenerlo. – sigo.

Solo rueda los ojos al escuchar nuestros reproches. A la larga hemos sabido lidiar con personas xenofóbicas por nuestro idioma y por el acento de mi madre que con los años sigue siendo el mismo.

A pesar de que mi madre ha vivido muchísimos ataques xenofóbicos en USA, de gritarle que se fuera a su país a reprobarla porque su inglés seguía sin ser perfecto, nos inculcó a mi y a mi hermano que no debíamos sentirnos avergonzados de nuestra cultura. Yo más que mi hermano. A Jack se le dificultaba un poco el español, en cambio yo me sentía mucho más latina que estadounidense. Quizás porque yo si nací en un país latino y hablaba el español con demasiada fluidez, a veces y hasta pensaba la mayor parte del tiempo en español.

— Si, calladito te ves más bonito. – le lanza la ultima frase en español al tipejo. – Sigamos hablando en español, no quiero que nadie más nos entienda.

Amaba tener esta complicidad con mi mamá. Siempre cuando queremos hablar de algo sin que nadie más entienda, hablamos en español.

¡I'm tired! No puedo más ¿Me escuchaste? Se acabó. – frunzo el ceño cuando la señorita Turner entra gritando. – Son todos tuyos y de tu jodida hijita que le metió estupideces en cabeza a ¡mis estudiantes!

Que la ley nos ampare | Tom Hiddleston [LIBRO 1] ✓ (En Edición).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora