7. Cada mentira tiene una consecuencia.

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Artículo 7: Las multas por acostarte con tu jefe, sin saber que era tu jefe van; desde trabajar diariamente ocultando lo que pasó, a ignorar la tensión sexual que surgirá conforme pasen los minutos.

Leah

Thomas Hiddleston [Bufete H&B]
Señorita Banner, necesito que tenga mi café listo cuando llegue.

Idiota.

¿Qué pensaba? ¿Qué era su maldita secretaria? No estaba aquí para servirle cafés, estaba aquí para aprender.

Relájate Leah, solo es un café.

— ¡Princesita latina! —escucho que me gritan desde la entrada, despego la mirada de mi celular y me acerco a saludarlo—. La mujer suertuda que llegó un día después porque su jefe se tomó un descanso.

— ¡Sam! —abro los brazos y me afirmo como puedo cuando me levanta, abrazándome con fuerza—.

"Era un abrazo que necesitaba", pienso pero no le digo nada. Era obvio que estaría aquí, pues es el practicante de Sebastian Buchanan y me lo acabo de encontrar. 

— Ya te dije que no soy 100% latina.

— Tú mamá es mexicana, hablas español y naciste en Chile. —dice y pongo los ojos en blanco—. Eres lo más latino que tengo en mi vida.

— ¿Dónde están los demás?

— Parker llega a las 11 a.m. porque su jefe siempre llega tarde. Maximoff está en el baño y Pietro está llegando tarde—. tiene razón, la mesa de Lizzie está ocupada, pero venía tan distraída que no me percate—.

— Dios, estoy muy nerviosa. ¿Tu jefe es muy cascarrabias?

— Buchanan es muy light, hasta me invitó a tomar algo ayer luego del trabajo. Es uno de los jefes más jóvenes o por lo menos de corazón. —dice y me alegro por su suerte—. La verdad es que todos sentimos pena por ti. Leah, todos le temen a tu jefe. Tú papá se tomó en serio lo de sin privilegios.

— Por mi mejor. —los que suelen ser más estrictos, terminan siendo los más eficaces—.

— ¡Princesita de papá! —escucho como mi papá me grita desde la puerta y no puedo evitar ponerme seria cuando veo las caras de asco que ponen sus dos practicantes—. Ven a darle un besito a papá.

Me acerco para que no me siga dejando en ridículo, me abraza con fuerza y deja un beso en mi frente. Luego de eso, me arregla el vestido y me peina con sus manos.

Lo amo, aunque me deje en vergüenza y aunque tenga que vivir toda la vida con murmullos relatando que no me gané mi puesto. Verlo tan feliz por mi lo compensa todo, hasta mi mal humor. 

Siempre me dije que buscaría a un hombre que me tratara como mi papá y ahora me siento perdida ¿En que momento me desvié y terminé eligiendo a un hombre como Hunter?

Cuando lo conociste era un príncipe azul. 

Era cierto, cuando lo conocí se comportaba como el hombre perfecto. 

— Estás hermosa y estoy muy orgulloso por tenerte aquí. —me vuelve a dar otro beso y lo amo, pero esto no es muy profesional de su parte—. Estaría más orgulloso si yo fuese tu jefe.

— Papá...

— Lo sé, mi amor... Sin privilegios. —dice y asiento, dándole una de mis sonrisas que tanto le gustan—. Ahora prepárate y toma tu laptop, porque Tom acaba de llegar a su oficina.

Diviso la hora y todavía no son las 10:30. Ahora sé que debo llegar antes de la hora, porque al muy especialito se le ocurre llegar antes.

Llega antes y se toma los días libres. Cada vez me convencía más de que él y yo no llegaríamos a ningún lado. Dios, que hombre más cambiante. 

Que la ley nos ampare | Tom Hiddleston [LIBRO 1] ✓ (En Edición).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora