Artículo 14: Nunca subestimes a una pasante con ganas de defender a su clienta. Podría dejarte en vergüenza.
Leah
La tensión se siente en el ambiente. Luego de arreglar el pupitre y las pruebas que Tom utilizaría en el juicio, me senté a su lado hasta que la jueza estuviese lista para ingresar.
Luego de un proceso bastante largo, con una audiencia de formalización, la acusación de la fiscalía y el desistimiento del primer abogado de Camille, fue que llegamos al último paso de este proceso, el juicio oral en lo penal. Tom tomó este caso casi en las últimas instancias, por lo que tuvimos que trabajar el doble en la información y darle vuelta a la defensa que había planteado el abogado anterior.
Siento como agarra mi mano por debajo de la mesa y le doy una mirada nerviosa. Este caso es muchísimo más difícil de lo que pensé.
— Nos ponemos de pie para recibir a su señoría. la jueza Marina Alcott. – el guardia de la corte presenta a su señoría y los dos nos ponemos de pie al mismo tiempo para recibirla.
— Buenos días. – saluda antes de sentarse. – Tomen asiento.
— Buenos días su señoría. – nos sentamos segundos después que ella.
La jueza se acomoda en su asiento, se arregla el traje y se coloca sus gafas. Luego de eso, se prepara para escuchar.
— Se declara abierta la audiencia del juicio oral en lo penal en contra de la señorita Camille Vásquez por el delito de infanticidio a un menor recién nacido. Tiene la palabra el ministerio público. Puede hablar señor fiscal.
— Muchísimas gracias su señoría. – espeta el señor Miller. – Me gustaría comenzar con una breve introducción del caso. La señorita Camille Torres que no se encuentra aquí presente, cometió una de las mayores atrocidades que puede cometer un ser humano. Mató a un neonato recién nacido lanzándolo por la ventana de su habitación sin ningún tipo de decoro.
— Objeción, especulación. – lo detengo.
— Su señoría, el código penal define al infanticidio como y cito "que dentro de las cuarenta y ocho horas después del parto, maten al hijo o descendiente". – pongo los ojos en blanco cuando toma su código penal y lee. – No hay ninguna especulación en eso.
— Su señoría, el código penal habla del delito. Mi especulación va ligada hacía la descripción de las acciones de mi clienta. El señor fiscal no tiene conciencia de como es que se sintió a la hora de cometer el delito. – digo, fuerte y alto.
— Su señoría, los hechos son los que nos trajeron aquí. No estoy especulando. – repone. – Además, recién estoy comenzando.
— Su señoría, al exponer el caso con la frase "mayores atrocidades" solo está demostrando su falta de profesionalismo y hablar de que mi clienta lo hizo sin ningún tipo de decoro, llama a la especulación. – Tom fundamenta. – No habla muy bien de un abogado que apenas comience se le lance una objeción.
— Sostengo la objeción. Cambie sus palabras licenciado.
— La señorita Camille Torres asesinó a su neonato recién nacido lanzándolo por la ventana de su habitación. Es por eso que planteamos que le caigan todas las penas de la ley, específicamente las que se dictan en el artículo sobre el infanticidio. – finaliza.
— Tiene la palabra la defensa de la señorita Torres. – dicta la jueza. Tom se levanta de su asiento y se arregla el traje antes de hablar.
— Muy amable su señoría. La justicia siempre es noble para que el habla con la verdad y hay que tener un parámetro muy cerrado para solo enfocarse en los hechos del caso. Si bien mi clienta cometió tal infanticidio, no fue más que por las amenazas que le ejercía su padre. – veo que camina de un lado a otro. – Para enfocar este caso debemos ir a un ámbito mucho más psicológico. La señorita Torres no se encontraba en las facultades optimas para discernir lo bueno de lo malo. Mi clienta desarrolló un trastorno mental transitorio ante toda la presión de su embarazo. Es por eso que le pido que no la condene a un lugar al que no podrá recibir la ayuda correspondiente. – finaliza, volviendo a su puesto.
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Que la ley nos ampare | Tom Hiddleston [LIBRO 1] ✓ (En Edición).
Fanfic(Libro 1) Porque a veces es probable que el desconocido al que le entregaste tu virginidad, se termine convirtiendo en tu jefe. ¿Qué pasaría si una noche decides darle tu virginidad al primer extraño que encontraste en un bar recóndito de la ciudad...