Artículo 3: Si conoces a una persona en un bar debes decir tu verdadero nombre. La suplantación de identidad no será más que una agravante.
Las consecuencias que se plasman en las circunstancias suelen ser más inoportunas y duraderas que un delito. Solo así podrás salir airosa de un encuentro con tu nuevo jefe que no sabes que es tu jefe.Tom
Mi vida es una mierda.
Es así de simple y no podría describirla en una mejor oración. Mi vida es una completa mierda.
Mi trabajo me tiene colapsado. Mi hermano se sigue metiendo en problemas que estresan a mis padres y, por ende, me estresan a mí.
Sin desmerecer a mi supuesta esposa que no ayuda mucho.Acabo de salir del bufete, en el que junto a Mark, Rogers, Stark, Alianovna y Buchanan estuvimos revisando los posibles candidatos a realizar sus prácticas en nuestro despacho. De un total de cincuenta candidatos, solo elegimos a ocho.
Uno de esos ocho tenía el apellido de Mark. La señorita Leah Banner estaba en la lista de candidatos y aunque nunca me gustaron los puestos que se dan solamente por ser familia, la chica tenía un curriculum perfecto. Tanto así que fue la primera en ser elegida, incluso antes de que leyéramos su nombre. Acto que hizo sentir a su padre muy orgulloso.
En realidad, todos tenían un curriculum casi perfecto. Eso es lo que ganas al tener uno de los mejores despachos del país. Mark y yo tenemos un récord en ganar más casos judiciales, junto con un equipo de abogados de alto nivel. Suelo odiar a los pasantes, pero tengo una leve esperanza con esta generación. Ojalá y le saquemos provecho a los nuevos.
Decidimos que cada uno de nosotros se quedaría con uno de los practicantes. Somos seis abogados principales, así que a cuatro de nosotros nos tocaba enseñar a uno, mientras que los otros dos, les tocaba dos pasantes.
Claramente decidimos que la hija de Mark no podía quedarse con su padre, así que se convertirá en mi pasante. Solamente porque su padre confía en mi y en mis capacidades. Buchanan la había pedido, pero Mark se negó rotundamente, pues Sebastian suele ser muy mujeriego y podría coquetear con su hija.
Hizo bien en no confiar, ese tipo siempre está al acecho.
Voy camino a mi casa, cansado y con mi mente puesta en que tendré que aguantar a ocho intentos de adultos caminar por todos los pasillos del bufete como si fuesen perritos. Ya hemos pasado por esto y al final de año, solamente contratamos a uno o dos.
En la mañana, tuve que salir de la oficina para contestar una llamada de mi hermano, en donde me avisaba que se había acostado con una de sus alumnas. El muy idiota ha estado viéndose con ella hace casi un mes. Con la diferencia de que hoy la supuesta hermana de la mujer los había descubierto. Cuando escuché que la chica que los encontró lo vio completamente desnudo, me reí, pero después lo reprendí, puesto que, podrían haberlo demandado por violación a la morada y aunque sea una reclusión menor en su grado mínimo, no es grato manchar tu hoja de identidad.
Agh... Chris y su gusto de acostarse con mujeres menores.
Bajo del auto con unas bolsas de compras que hice ante el llamado de Walter, mi mayordomo de confianza.
Entro a mi casa y siento el peso de las malas vibras que ella emana. Apenas Walter siente el ruido de la puerta, llega y toma las bolsas para llevárselas a los asesores del hogar. Voy a mi despacho, me quito el saco y desanudo mi corbata. Relajo mis hombros y dispongo a servirme un whisky que tengo en el pequeño bar de madera rústica que se encuentra empotrado a la pared de la habitación.
Apenas doy el primer sorbo siento como la puerta se abre y la presencia de mi esposa me choca, como todos los días.
— Mi amor, las sirvientas me acaban de avisar que llegaste. —espeta, con los brazos cruzados. Lleva un pijama de seda cubierto con su bata de dormir color dorado—.
ESTÁS LEYENDO
Que la ley nos ampare | Tom Hiddleston [LIBRO 1] ✓ (En Edición).
Fanfiction(Libro 1) Porque a veces es probable que el desconocido al que le entregaste tu virginidad, se termine convirtiendo en tu jefe. ¿Qué pasaría si una noche decides darle tu virginidad al primer extraño que encontraste en un bar recóndito de la ciudad...