23. El juego de las excepciones.

718 60 37
                                    

Artículo 23: Siempre lleva artículos para peinar a mano. Nunca sabes cuando una pequeña con un padre sin talento para las trencitas necesite un peinado. 

Leah

— El consultorio de la doctora Sloan está en el tercer piso. La está esperando. – me avisa el recepcionista.

— Muchas gracias. – agradezco antes de subirme al elevador.

Luego de una semana en la que prácticamente he estado evadiendo este momento voy a asistir a mi primera sesión con mi psicóloga. No quiero decir que estoy obligada a asistir, pero mi hermosa madre me "avisó" que mi hermano ya estaba asistiendo a sus terapias, así que se adelantó y sacó una hora para mí.

No podría contradecirla porque es algo que mi madre haría, preocuparse por su hija de 25 años a la que conoce bastante bien y sabe que dejaría a la terapía en último lugar dentro de su lista de preferencias.

Bajo del elevador en el piso 3 y busco la puerta de la doctora Sloan. En la mañana leí varías de sus reseñas y muchas la alaban por ser de bastante ayuda.

La verdad es que nunca está de más tener a alguien que te escuche.

Golpeo la puerta de su consultorio y luego de unos segundos sale una mujer morena de aproximadamente 50 años. Al parecer la pillé en mal momento, puesto que está hablando por celular.

— Lo siento mucho, su recepcionista me dijo que me estaba esperando.

— Perdóname tu a mí. Dame dos minutos y ya salgo. – dice con una voz tierna antes de cerrar la puerta.

Me siento en los asientos colindantes de la sala de espera. Las paredes blancas con pequeños puntitos de colores hacen que me calme y la pequeña ventisca que entra por la ventana me permite respirar con tranquilidad.

Es la primera vez en mi vida que vengo con una psicóloga. La verdad es que nunca fui muy buena para hablar de mis problemas y en el fondo sé que no solo hablaremos del atentado. Me tenso al siquiera pensar que tendré que responder preguntas relacionadas a todos los problemas que abordan mi vida.

Escucho a mi celular sonar en mi bolsillo y lo saco para leer el mensaje que me acaba de llegar.

Tom

¿Entraste a la consulta?

Sonrío ante el mensaje.

Leah

No, todavía no. Pero entraré en unos minutos.

Tom

Sé positiva. Hablar con alguien te hará muy bien. No dejes que tus demonios te hagan pensar más de la cuenta.

La última frase me hace pensar que de verdad puede leerme la mente.

Leah

Estoy siendo positiva. Perooo, ya tengo gente con quien hablar.

Tom

Caroline no vale jaja.

Leah

No tengo solo a Caroline. También te tengo a tí. Somos amigos ¿Verdad? ¿O ya te aburriste de escucharme?

Tom

Jamás me aburriría de escucharte hablar. Me encanta escucharte hablar, murmurar y jadear. La última me gusta mucho más...

Que la ley nos ampare | Tom Hiddleston [LIBRO 1] ✓ (En Edición).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora